En junio de 2010, cerca de mil rectores de las principales universidades españolas, portuguesas e Iberoamericanas reunidos en Guadalajara (México) lanzaban un ambicioso reto: emprender el camino hacia un espacio iberoamericano del conocimiento, impulsando la cooperación en la educación, la cohesión social, la innovación y la cultura. Las conclusiones de este encuentro, organizado por Banco Santander a través de Universia –la mayor red de universidades de habla hispana y portuguesa- proponían como una de las prioridades impulsar la movilidad de estudiantes, profesores e investigadores. Una especie de “erasmus iberoamericano” para fortalecer el tejido académico y contribuir al crecimiento sostenible. Unos años después, en 2015- Santander firmaba su adhesión a la “Alianza para la movilidad Académica Iberoamericana” con el objetivo de aunar los recursos públicos y privados necesarios para respaldar el intercambio académico. La entidad, a través de Santander Universidades, se comprometió a entregar 40.000 becas hasta 2018.
Con esta idea nacieron las Becas Santander Iberoamérica, que tienen como finalidad facilitar a los estudiantes continuar su desarrollo académico durante un semestre en una universidad iberoamericana de otro país distinto al de orígen. De esta forma, un estudiante de Chile puede acceder a una beca en Brasil o viceversa.
En el caso de España, el banco acaba de anunciar la IX edición del programa Becas Santander Iberoamérica de Grado e Investigación, que ofrece un total de 933 becas de movilidad internacional dotadas con 3.000 euros y 101 becas de investigación con una cuantía de 5.000 euros. En total, más de 3 millones de euros en España. El plazo para solicitar estas becas finaliza el próximo 30 de abril.
Los alumnos de las universidades españolas adheridas al programa que obtengan la beca de Grado tendrán la oportunidad de vivir una experiencia de seis meses en universidades de distintos países iberoamericanos como Brasil, Chile, México, Perú, Argentina o Portugal, entre otros. Por su parte, las becas Santander Iberoamérica de Investigación, dirigidas a profesores, investigadores y alumnos de doctorado, facilitarán una estancia de dos a cuatro meses, según el perfil, en algún centro de investigación o universidad iberoamericana de un país distinto al de origen adscrito al programa. En ambas modalidades, las universidades participantes serán las responsables de realizar el proceso de selección y asignación de las becas, de acuerdo con criterios establecidos de mérito, equidad, objetividad, transparencia y los criterios de selección que cada institución académica considere.
Santander es la empresa privada con el mayor programa de becas del mundo. “Creemos que la educación y el progreso de las personas van de la mano”, señalan desde la entidad, que desde 2002 ha invertido más de 1.700 millones de euros. Sólo en 2018 concedió 73.741 becas y ayudas de estudio universitario y ha anunciado que en los próximos tres años más de 200.000 estudiantes recibirán una beca Santander, lograrán una práctica en una pyme o participarán en programas de emprendimiento apoyados por el banco.
Ana Botín, presidenta del grupo, describe así el valor que para el banco representa la educación: “Es la principal respuesta y la mejor herramienta para enfrentar los grandes desafíos y combatir los problemas de hoy y de mañana. De la educación parten todos los grandes logros y aspiraciones de los pueblos. De ella nacen la igualdad y la libertad, el pensamiento libre y crítico. La educación tumba prejuicios y abre las mentes. La educación nos une y nos reúne”.
Apoyo a la investigación
Banco Santander desarrolla diversas iniciativas de apoyo a la investigación con los que pretende paliar el daño irreparable que representa la fuga de cerebros en España y ayudar a la universidad a atraer y retener el talento investigador, que muchas veces encuentra mayores incentivos y ventajas en otros países. El éxodo de talento se acentuó durante los años de la crisis y aún no se ha cerrado. Según datos de la Comisión Europea, desde 2010 más de 12.000 científicos españoles se han ido al extranjero en busca de mejores oportunidades de desarrollo. El Foro Económico Mundial aporta también otra cifra alarmante: la fuga de cerebros representa el 27% de los premios extraordinarios de fin de carrera en España. Son muchas las instituciones, universidades y empresas que están desarrollando estrategias para “recuperar” este talento.
Cátedras Excelencia, promovidas desde hace doce años por el Santander junto a la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), son un ejemplo de cooperación entre las instituciones académicas y la empresa privada para promover la excelencia investigadora y atraer a científicos de primera línea mundial a la universidad. El objetivo es facilitar el desarrollo de colaboraciones, mejorar los lazos internacionales y las capacidades científico-técnicas, y compartir experiencias docentes e investigaciones en el marco de esta institución. Desde su inicio, 184 investigadores han participado en Cátedras de Excelencia procedentes de las universidades, institutos científicos y organismos de investigación más prestigiosos del mundo: MIT, London School of Economist, o las universidades de Boston, Paris, Standford y Cambridge, entre otras. Para el curso 2019/20, la duodécima convocatoria, se han ofrecido un total de 12 becas: 10 becas semestrales, con una dotación de 60.000 euros cada una; y 2 becas recíprocas trimestrales, de 30.000 euros en cada caso.
Además de las Cátedras de Excelencia, Banco Santander se ha implicado en la creación de cerca de 130 cátedras, que unen, en muchas ocasiones, a investigadores de varias universidades, y que cuentan con el apoyo dela entidad para el desarrollo posterior de sus proyectos docentes y de investigación. Entre ellas, las Cátedras UNESCO, cinco de ellas con sede en la Universidad de Santiago de Compostela, o las cátedras conjuntas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con las universidades de: Salamanca (Cátedra Wenceslao Roces y Cátedra Diego Castilla), Sevilla (Cátedra Luis Cernuda), Complutense de Madrid (Cátedra José Gaos), Autónoma de Madrid (Cátedra Isaac Costero), con el Instituto Astrofísico de Canarias (Cátedra Blas Cabrera), y con las universidades de Alcalá y Carlos III (Cátedra del Exilio Español).
También en esta línea, el grupo financiero colabora con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación General CSIC (FGCSIC) en ComFuturo. Esta iniciativa de colaboración público-privada pretende captar y mantener en el sistema español de ciencia y tecnología el mejor talento joven investigador y posibilitar que desarrolle proyectos de alcance en centros del CSIC. El programa, con una dotación global de dos millones de euros, está apoyado por seis entidades comprometidas con la investigación y la innovación: Banco Santander, a través de Santander Universidades, aporta un tercio del total, que se complementa con contribuciones de Acerinox, Fundación Cepsa, Fundación Domingo Martínez, Naturgy y Suez.
La primera edición de Comfuturo ha permitido que jóvenes investigadores consoliden sus carreras científicas en España. Este es el caso, entre otros, de Iñigo Bretos, para quien esta iniciativa “ha sido un salvavidas que llegó justo cuando ya tenía asumido que iba a hacer las maletas para irme al extranjero”. También Carlos Sabín es investigador ComFuturo desde el 1 de septiembre de 2015 en el Instituto de Física Fundamental del CSIC, donde desarrolla su proyecto “Tecnologías cuánticas 3.0”. Sabín estaba en la Universidad de Nottingham en el Reino Unido y volvió a España gracias a este programa. “En este tiempo, creo que todos nosotros o bien hemos sacado una plaza permanente en el CSIC o hemos conseguido una ayuda Ramón y Cajal, que permite estabilizarse con el tiempo, o bien hemos encontrado algo para continuar investigando en España. Todo eso ha sido posible gracias a Comfuturo. A su vez, nosotros, con posiciones más estables aquí, podemos atraer financiación que ayude a más gente joven”.