Dos guardias civiles relatan que un mosso les llama “piolines”, “hijos de puta” y “cabrones” al día siguiente del referéndum en Lleida

Dos de los guardias civiles citados este martes por el tribunal que juzga a los líderes independentistas del 1-O explicaron un incidente sucedido durante un paseo en Lleida al día siguiente del referéndum. Relataron que en una plaza de la ciudad, dos mossos les identificaron y se refirieron a ellos en voz alta diciendo la palabra “piolines”, llegándoles a llamar posteriormente “hijos de puta” y “cabrones”.

Compareció esta tarde un agente de la Guardia Civil al que la Fiscalía le pregunta por ese paseo del 2 de octubre por Lleida. En una plaza se encontraron con «dos mossos d’esquadra” que gritaron “ahí van los piolines” y «comenzaron a aplaudirnos», actitud que fue secundada por varios ciudadanos que también aplaudieron.

Según su relato, uno de los agentes autonómicos “nos dijo que éramos unos hijos de puta, estaban los dos de uniforme y sin identificación personal”. Los guardias civiles continuaron andando unos pasos pero pronto se dieron la vuelta para recriminar a los mossos su actitud y “entonces es cuando nos dice que estaba hasta los cojones de nosotros y que el día anterior habíamos pegado a su familia”.

Otro agente que declaró a continuación explicó que cuando se dirigieron a ellos observaron que “se quitaban los números de identificación personal y se los guardaban en el bolsillo. Les dijimos: `compañeros, creemos que este no es la actitud y queremos poner una queja en vuestra comisaría´. Dijeron que no se iban a identificar porque con el uniforme ya estaban suficientemente identificados y uno de ellos se puso el tip en la solapa. El que no se identificó dijo que estaba hasta los cojones, que eramos unos hijos de puta y que el día anterior habíamos pagado a su madre, a su abuela, a sus amigos…”.

A partir de ese incidente, los guardias desplazados a Cataluña para impedir el referéndum del 1-O cambiaron de hábitos, dejaron de salir de sus hoteles en grupo o se quedaban en el alojamiento.

El agente explicó que durante el incidente se fue concentrando gente en la plaza y empezaron a grabarles con móviles. Aseguró, sin embargo, no tener constancia de haber sido grabados desde un vehículo por otros mossos. «No es normal que los garantes del orden público estén vulnerando el orden público», dijo ante el tribunal.

«Decidimos que no era buena idea visitar la comisaría de Mossos porque no sabíamos lo que podía pasar, y nuestro superior jerárquico nos dijo que fuéramos a la Comandancia de Lleida para que nos tomaran declaración nuestros compañeros de policía judicial», explicó el guardia a preguntas del fiscal. El testigo reconoció que «este incidente creó un estado de nerviosismo” y dijo que él, personalmente, se quedó en el hotel a partir de ese momento.