Venenos con los que convives en casa

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Uno tiende a sentirse a salvo en su casa. Y, sin embargo, el uso creciente de químicos, las nuevas tecnologías o malos hábitos como una incorrecta ventilación pueden hacer que el nuestro sea un hogar enfermo. La incidencia de estos tóxicos varía mucho en función de las características de cada individuo, pero hay grupos de riesgo claros, como las embarazadas, los niños o quienes padecen alguna patología que debilite su sistema inmunológico.

Mención aparte merecen quienes padecen la llamada Sensibilidad Química Múltiple, una enfermedad que desde septiembre de 2014 se reconoce como tal en España: para ellos cualquier detergente, jabón o ambientador puede convertirse en un infierno de vómitos, irritaciones o dolores de cabeza. Sin llegar a esos extremos muchos podemos sufrir los efectos de los tóxicos presentes en elementos y rincones de nuestra casa aparentemente inocuos. Hacemos un repaso por algunos de los que recogen la Fundación Vivo Sano y la Fundación Alborada en su campaña Hogar sin tóxicos.

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Móvil, teléfono inalámbrico y wifi:

03El problema en este caso es la abundancia: cada vez estamos más rodeados de campos electromagnéticos artificiales. Su incidencia en nuestra salud dependerá tanto del grado de exposición, como de nuestra sensibilidad personal, pero está demostrado que influyen en nuestro propio electromagnetismo.

Las consecuencias a corto plazo son la dificultad para conciliar el sueño o dolores musculaes y calambres, además de acrecentar la ansiedad. Por otra parte, la propia Organización Mundial de la Salud clasifica los campos magnéticos de baja frecuencia (aquí entrarían la red eléctrica, los electrodomésticos...)  como posibles cancerígenos.

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