El 88% de los españoles almacenamos información importante, confidencial y muchas veces irremplazable en nuestros aparatos como contraseñas, mensajes, fotografías, contactos y otros tipos de archivos. El 27% afirma, además, que guarda información en sus dispositivos que no le gustaría que nadie más viese, según una encuesta elaborada por Kaspersky Lab y B2B International sobre el uso del móvil y riesgos de seguridad.
Enfrentamos el móvil a robos o fugas de datos como contraseñas del banco y otros asuntos sensibles que guardamos en su memoria. Pueden ser hackeados o incluso, gracias a una incursión que no esperamos, podemos ser espiados en nuestras pequeñas o grandes miserias. Los dispositivos que usan redes WiFi abiertas son particularmente vulnerables a estos ataques. Sin embargo, poca gente toma medidas para reducir el riesgo.
4Conectarse a redes wi-fi inseguras

El 52% de las personas se conectan a la primera red wi-fi abierta que encuentran. ¿Quién te asegura que nadie a a monitorear tu actividad en Internet y robar información sensible? Pues eso. Es verdad que las redes abiertas de WiFi son como el maná del desierto para el usuario que se ha quedado sin datos en su smartphone, o para el que necesita conectar su ordenador para enviar algo por e-mail.
Pero hay que tener cuidado no tanto con los Wi-FI públicos como con las redes extrañas: detrás de esta WiFi gratuita puede estar cualquier persona, incluso un ciberdelincuente. Debemos saber que esta es una estrategia de phishing muy habitual, en la que si el usuario quiere entrar en su correo electrónico, por ejemplo, el estafador le redirige a una página que se parece mucho, pero que no es la original, con el fin de poder hacerse con su credenciales para vender sus datos en el mercado negro o para cometer otro tipo de fraudes por email.