Así es el ‘viagra del Himalaya’, un hongo más caro que el oro

Un hongo parásito de oruga conocido como ‘viagra del Himalaya’, que crece de forma silvestre en la cadena montañosa más alta del mundo y es más valioso que el oro al ser considerado como medicamento, podría desaparecer si continúan las actuales tendencias climáticas y de cosechas por su incremento comercial.

Así lo aseguran tres investigadores de las universidades Stanford y Estatal de Colorado (Estados Unidos) en un estudio publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.

Este hongo (‘Ophiocordyceps sinensis’) sobrevive alojándose en orugas de polilla fantasma (‘Hepialus humuli’) hasta matarlas poco a poco en algunos de los tramos más altos del Himalaya y puede encontrarse en un tazón de sopa afrodisíaca supuestamente curativa hecho en Las Vegas con unos pocos gramos y a un precio cercano a 600 euros.

La demanda de este hongo como afrodisíaco, cura de la impotencia y remedio para el virus mortal del síndrome respiratorio agudo severo o para el cáncer ayudó a impulsar su comercio global a partir de la década de 1990. Aunque crece de beneficios comprobados científicamente, las personas que hierven ese hongo en agua para preparar té o agregarlo a sopas y guisos creen que lo cura todo.

Desde entonces, esa creencia en una amplia gama de efectos saludables del hongo ha impulsado un mercado valorado en unos 9.600 millones de euros mientras las cosechas se han vuelto insostenibles por el cambio climático. No en vano, ha llegado a venderse por 120.000 euros al kilo en Pekín (China) en 2017, lo que triplicó el precio del oro.

Los registros oficiales de la cosecha del ‘viagra del Himalaya’ no son fiables porque gran parte de su comercio pasa por canales ilegales. El nuevo estudio presenta los datos más completos hasta la fecha sobre si su producción podría estar disminuyendo y las posibles consecuencias de una posible caída en las comunidades que dependen del hongo para su subsistencia.

FUENTE DE INGRESOS

Eric Lambin, profesor de ciencias de la Tierra en la Universidad Stanford, se interesó por el hongo para entender lo que sucede cuando un producto biológico especializado otorga a los consumidores ricos una gran influencia sobre los medios de vida rurales, las opciones del uso de la tierra y los ecosistemas de las regiones productoras.

Las investigaciones sobre la degradación de los ecosistemas tiende a centrarse en la expansión de productos agrícolas que se comercializan internacionalmente, como la palma de aceite, la soja, el ganado y la madera, que son los principales impulsores de la deforestación. Los efectos dominantes de productos comercian en menor escala son menos conocidos, pero pueden ser potencialmente profundos.

Lambin pone como ejemplo de ello los cuernos de rinoceronte: “Una especie de mamífero emblemático se está extinguiendo debido a la demanda de un producto que, en algunas culturas tradicionales, se considera que tiene virtudes».

El ‘viagra del Himalaya’ puede carecer del carisma de un rinoceronte, pero, como uno de los productos biológicos más caros del mundo, se ha convertido en una fuente principal de ingresos para cientos de miles de recolectores.

Según Lambin, no hay duda de que la recolección intensiva afecta tanto a las personas como al medio ambiente en un paisaje cada vez más vulnerable. Mientras muchos recolectores locales intentan minimizar los impactos, las grandes afluencias de personas atraídas por los pastizales del Himalaya durante la temporada de cosecha pueden terminar degradando los ecosistemas al perturbar los suelos frágiles, cortar franjas de arbustos y árboles para obtener combustible, y dejar basura alrededor de las cosechas.

‘ORO DEL HIMALAYA’

Ampliamente conocido en el Tíbet como ‘yartsa gunbu’ o ‘hierba de verano, gusano de invierno’, el hongo se ha utilizado en la medicina tradicional en toda la región del Himalaya y en China durante siglos para tratar enfermedades que van desde el cáncer y la enfermedad renal hasta la inflamación y el envejecimiento. Recientemente se ha ganado los apodos de ‘viagra del Himalaya’ u ‘oro del Himalaya’.

Para sortear el problema de los datos comerciales dispersos de este hongo valioso, los investigadores recurrieron al conocimiento propio de los recolectores sobre las tendencias de producción en China, Bután, Nepal e India. Luego entrevistaron a 49 recolectores en la meseta tibetana.

Con estos datos y 400 registros de dónde se ha encontrado el hongo en esos cuatro países desde la década de 1970, el grupo construyó modelos que predicen cuánto crecerían los hongos en un área determinada en función de factores como el clima y la altura. Los resultados muestran que el hongo tiende a ser más prolífico en áreas más altas y más frías alrededor de los márgenes de las áreas subyacentes por el permafrost.

Actualmente, el hongo es lo suficientemente abundante en áreas de producción de primera calidad en primavera que muchas personas pueden recolectar lo suficiente en un mes o dos para mantenerse durante el resto del año. Sin embargo, la producción ya está en declive debido a la recolección intensiva y los inviernos más cálidos pueden estar exacerbando esa tendencia.

En una región donde las temperaturas invernales en algunos lugares ya han aumentado hasta 4ºC desde 1979 («una enorme cantidad de calentamiento», recalca Lambin) los investigadores indican que cada grado de calentamiento del invierno hace que sea más difícil para el hongo para prosperar.

A medida que el permafrost desaparece de las elevaciones más bajas, el hongo puede adaptarse cambiando a los hábitats más fríos de las alturas sólo si sus orugas, y la vegetación y los patrones estacionales de los que dependen, también cambian.

Sin embargo, si la demanda continúa creciendo a medida que disminuyen las cosechas podría agravarse las tensiones sobre quién tiene acceso a las áreas de cosecha, apunta Kelly Hopping, investigadora de la Facultad de la Tierra, Energía y Ciencias del Medio Ambiente de la Universidad Stanford.

“Según los recolectores en cuatro países, la producción de hongos en las orugas ha disminuido debido a la degradación del hábitat, el cambio climático y, especialmente, la sobreexplotación. Nuestros modelos estadísticos corroboran que el cambio climático está contribuyendo a esta disminución. Indican que el hongo de la oruga es más productivo en condiciones de frío y crece cerca de las áreas que probablemente tengan permafrost. Con un calentamiento significativo ya en curso en gran parte de su rango, concluimos que las poblaciones de hongos de oruga se han visto afectadas negativamente por una combinación de sobreexplotación y cambio climático”, concluyen los investigadores.