Este domingo 6 de julio, la ciudad de Pamplona volvió a teñirse de blanco y rojo con el tradicional chupinazo que marcó el inicio de los Sanfermines 2025, la fiesta más internacional de España. Sin embargo, este año, la celebración más emblemática de Navarra no solo atrajo por los cientos asistentes, los toros, la música o el ambiente festivo, sino por el contundente mensaje político que acompañó el disparo del cohete inaugural: «¡Viva Palestina libre!». Una frase que inmediatamente desataría un torbellino de reacciones y colocó a la festividad en el centro del debate nacional e internacional.
Los Sanfermines de 2025 han arrancado con toda la fuerza que los ha caracterizado por años: cohetes, cánticos, multitudes y una energía que convierte a Pamplona en el foco festivo de España durante varios días. Sin embargo, el componente político incorporado en el chupinazo ha generado una fuerte polarización de opiniones. Mientras algunos lo catalogan como una muestra de conciencia social y libertad de expresión, otros consideran que se ha roto la neutralidad de una festividad que debería unir, no dividir y mantenerse alejada del centro mediático político.
1Sanfermines dio inicio a su fiesta marcada por el simbolismo político

A las 12:00 del mediodía de este 6 de julio, como cada año, la plaza Consistorial de Pamplona estaba a reventar. Miles de asistentes, tanto locales como turistas, esperaban el momento en que el cohete fuese lanzado desde el balcón del Ayuntamiento. Este 2025, la responsabilidad de encender el chupinazo estaba en manos de Yala Nafarroa, una plataforma integrada por más de 225 asociaciones y más de 1.700 personas, elegida por votación popular.
Después de la tradicional arenga de «¡Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín!», los portavoces de Yala Nafarroa añadieron en español e inglés: «Stop Genocide. Free Palestine», un gesto aparentemente inesperado, que transformó un acto simbólico en una declaración política. Este hecho, pensado como respaldo y solidaridad con el pueblo palestino, generó gran impacto, amplificado por la asistencia de 450 periodistas acreditados de 140 medios procedentes de 13 países.
El alcalde Joseba Asiron (EH Bildu) intentó minimizar la polémica y destacó que: «En Pamplona y del 6 al 14 de julio, San Fermín se lo come todo». Según su criterio, la prioridad es que «todo el mundo se sienta libre, respetado y seguro», aunque, evidentemente, no pudo evitar que las tensiones ideológicas se hicieran presente.