«¡Qué drama!». El calvario que Iker Casillas quiere olvidar

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La vida, como todo, está llena de momentos buenos y momentos malos, pero hay ocasiones en las que los malos parecen eternos y olvidarlos se convierte en un fuerte deseo. Más o menos eso es lo que parece vivir Iker Casillas, tras algunas penurias que ha tenido y que lo han convertido en noticia en los últimos tiempos.

Con una carrera de leyenda en el Real Madrid, el exportero estuvo seguro hasta los tiempos de las vacas flacas en los que fue el foco de críticas. Luego se volvió a sentir futbolista en el país vecino, pero las enfermedades, tanto a él como a su entorno, le han jugado una mala pasada hasta llegar a una triste despedida.

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El adiós solitario de Casillas

Tras 15 años defendiendo la causa merengue, en los que los últimos cinco fue su capitán, el español tuvo que despedirse en una rueda de prensa en la que apareció solo, sin ningún representante del club, y así anunció el fin de una verdadera leyenda que inició desde muy temprana edad.

Casillas compartió vestuario con varios de los mejores jugadores del planeta, integró la era de “Los Galácticos” y nunca se cansó de ganar con el equipo de sus amores. Desde aquella convocatoria contra el Rosenborg en 1997, pasando por su debut con el primer equipo en 1999, también por su primera Champions League conquistada ante el Valencia, el portero consiguió un total de 19 títulos de blanco. Pero las fricciones con Mourinho causaron un quiebre que la llegada de Ancelotti no pudo reparar.

Varios errores lo condenaron y Mourinho firmó su sentencia al sacarlo del equipo titular en la campaña 2012-2013 en favor de Adán primero y Diego López después. Sin embargo, vio la luz con un Ancelotti que contra todo pronóstico también lo dejó fuera de los titulares, pero lo puso a cargo del puesto en la Copa del Rey y la Champions, ambos torneos que el Madrid ganó. Ya la siguiente temporada (2014-2015) volvió a la titularidad, pero con la afición en contra y siempre expuesto a las críticas el portero dijo basta y decidió marcharse.

Lo malo es que lo hizo por la puerta de atrás, sin títulos que recordar esa temporada y completamente solo ante la prensa que vio la despedida de un mito que no solo hizo grande al Madrid, porque con su selección alcanzó la gloria (dos Eurocopas y un Mundial), sino que también le entregó a ese equipo su vida entera.

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