martes, 16 abril 2024 21:08

Andre Agassi y otros cracks que en verdad odian el tenis

El pensador chino Confucio fue uno de los más grandes que existió sobre la tierra. Una de las frases más celebres que se le recuerdan es: «elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar ni un solo segundo de tu vida». Palabras cargadas de mucha verdad, pero lamentablemente no muchos pueden cumplirla, porque ya sea por deseo de terceros o por necesidad, terminan desempañándose en cosas que no les gustan. En el caso de los deportistas se puede pensar que tienen muchas suerte al ganarse la vida practicando alguna disciplina, pero existen algunos que jamás disfrutaron del deporte que los hizo ganar millones de dólares. Andre Agassi pertenece a ese extraño grupo de los que nunca amaron su trabajo y como él, otros cracks del tenis odian el mágico deporte blanco.

Si bien existen tenistas que trabajan para crecer y mejorar cada día, porque respetan el deporte que practican, como lo son Federer Djokovic, Nadal, y hay otros que luchan por recuperarse de sus lesiones para volver a estar en las pistas que tanto aman, como Del Potro o Murray, jugadores como el ya retirado estadounidense parecen pasar del tenis, pese a toda la gloria que consiguen.

Andre Agassi encabeza la lista

Agassi 1
El estadounidense odiaba el tenis profundamente

Que uno de los tenistas más destacados de toda la historia revelara que no le gustaba el tenis supuso un gran shock para el mundo entero. «No empecé en el tenis por elección, yo odiaba el tenis con toda mi alma y lo odié por la mayor parte de mi carrera. Yo tenía que golpear miles de pelotas por día porque mi papá tenía la idea de que nadie me iba a ganar si golpeaba miles de bolas por día y por años», confesó Agassi en una conferencia de prensa hace años en México.

Ganador de múltiples trofeos, entre ellos los cuatro Grand Slams y la medalla de oro olímpica, el estadounidense llegó a convertirse en número 1 del ránking ATP. Sin embargo, nunca llegó a disfrutar real mente todo su éxito y sin duda «era el número más infeliz del mundo…». Ironías de la vida.