En la entrevista de anoche en ‘El Hormiguero’, Cristina Pedroche estaba allí, como otras veces, hablando de su gran cita anual: las Campanadas. Dabiz Muñoz, su marido, también estaba, presentando sus roscones navideños. Todo normal, hasta que una broma se convirtió en algo mucho más serio, y sí, inesperadamente. De repente, y ante las cámaras, Dabiz se arrodilló y le preguntó si quería casarse con él. De nuevo.
Cristina Pedroche hablaba, sin querer desvelar demasiado, del vestido con el que recibirá 2026. Dabiz Muñoz, por su parte, mostraba sus nuevos roscones. Entre degustaciones y complicidad, la conversación dio un giro casual hacia lo sentimental. Fue entonces cuando Pedroche, de manera divertida, soltó una idea aparentemente genuina y sin importancia: “Me quiero casar otra vez”.
Pero, Dabiz no la dejó pasar. Con ingenio, improvisó una pedida de mano usando como anillo la sorpresa de uno de los roscones. Se arrodilló allí mismo, en el suelo del plató, y mirándola a los ojos formuló la pregunta:“Te lo voy a poner como un anillo. Cristina Pedroche, ¿te quieres casar conmigo?”. La respuesta de ella no fue con palabras. Fue un beso, espontáneo y emocionado, que selló el sí.
Diez años después, el deseo de un nuevo sí expuesto en ‘El Hormiguero’
Esta pedida de mano en pleno directo de ‘El Hormiguero' no llega de la nada. La pareja acaba de cumplir una década de matrimonio. Se casaron en 2015 con una boda civil que fue, como ellos, atípica: íntima, sin protocolo y en la más estricta privacidad. Desde entonces, han construido una familia con sus dos hijos, Laia e Isai, y una relación que siempre han destacado por su complicidad y apoyo mutuo.
Con el paso del tiempo, Pedroche ha expresado en más de una ocasión su deseo de formalizar su unión también por la iglesia. La pedida de mano en 'El Hormiguero', le da ahora a ese deseo una fuerza nueva.
Las Campanadas: un cierre de ciclo con mucha presión
Sin embargo, la vida profesional de Cristina Pedroche no se detiene. La pedida de mano en ‘El Hormiguero’ es un dulce momento personal, pero su mente tiene ahora mismo otro foco inmenso: la Nochevieja. Esta edición de las Campanadas de Antena 3 es muy especial para ella. Supone el “cierre de un ciclo”, como ella misma ha dicho: “12 años, 12 uvas y 12 vestidos”. Una docena de años que han cambiado, sin duda, la forma de vivir esta tradición en televisión.
“Cada año intento superarme”, ha reconocido. Sabe que el listón está altísimo. La preparación es un maratón: el diseño del vestido, los ensayos técnicos, la expectación pública… Todo se suma. Y este año, además, ha tenido una dificultad añadida. “No me veía preparada para esto, no tenía sentido. Puede que sean las últimas”, admitió sobre la organización del estilismo.
El vestido más esperado: romper con todo lo pasado
El vestido es, como cada año, el gran desafío. Su estilista, Josie, lleva meses trabajando en una propuesta que, aseguran, marcará un antes y un después. Pedroche lo ha expresado de la siguiente mqnera: “Se rompe con todo lo pasado, y lo que voy a construir es una cosa distinta”. No es solo un traje; es el símbolo de este cambio de etapa, e incluso de un cierre.
Pero más allá de la moda, estas Campanadas tienen para ella un peso emocional distinto. Ser madre ha cambiado su perspectiva. Separarse de sus hijos durante la Nochevieja, aunque sea por trabajo, le genera ahora un conflicto interno que ha compartido con sinceridad.
Así las cosas, Cristina Pedroche encara el final de 2025 en un momento extraordinario. Por un lado, el cierre profesional de un ciclo histórico con las Campanadas. Por otro, el comienzo personal de una nueva etapa en su matrimonio. La imagen de Dabiz Muñoz arrodillado en 'El Hormiguero' resume bien cómo es esta pareja: improvisada, sincera y alejada de los convencionalismos.
