La veterana Voyager 1 es una sonda espacial de la NASA que fue lanzada al espacio en el año 1977, convirtiéndose en el primer objeto humano en entrar al espacio interestelar en 2012. Desde entonces es la nave espacial más lejana de la Tierra y continúa enviando datos desde los límites del sistema solar.
Su trayectoria la ha llevado a explorar el espacio profundo hasta el punto de que está cada vez más cerca de estar a un día luz de la Tierra, lo que lleva a los expertos e interesados a preguntarse lo que significa realmente esa distancia en el espacio interestelar y lo que puede suponer para la astronomía.
LA SONDA VOYAGER 1 CADA VEZ MÁS LEJOS DE LA TIERRA

La sonda Voyager 1 es el primer objeto construido por los seres humanos en alcanzar el espacio interestelar, y además el más alejado de la Tierra. Actualmente, se encuentra a más de 25.000 millones de kilómetros de nuestro planeta, y el próximo año 2026 llegará a alcanzar un día luz de distancia.
Tras un descubrimiento en Marte que sugiere que pudo existir vida en el planeta rojo, ahora nos encontramos con una noticia que es de lo más interesante. Al contrario de lo que mucha gente piensa, un año luz no es una medida de tiempo, sino de distancia, concretamente de los kilómetros recorridos viajando un año a la velocidad de la luz, a 300.000 km/s.
En este caso, la Voyager 1 está a casi un día luz de distancia, es decir, la luz tarda un día en llegar de la Tierra a esta sonda. Pero esta distancia va a aumentar cada vez más despacio, y se estima que la energía nuclear impulsa a la mítica sonda que se acabará el próximo año.
La Voyager 1 va a seguir moviéndose rápido hasta el infinito, porque en el espacio no hay rozamiento, puesto que en el vacío no hay nada que pueda frenar, pero dejará de recibir impulso.
48 AÑOS DE LA VOYAGER 1 EN EL ESPACIO

La sonda Voyager 1 fue lanzada al espacio el 5 de septiembre de 1977, con la finalidad de explorar los confines del sistema solar. Esta fue la encargada de obtener algunas de las primeras imágenes que se capturaron de Júpiter, Saturno y las lunas Titán, Io, Europa y Ganímedes.
España juega un papel clave en las comunicaciones con esta veterana sonda mediante la Red del Espacio Profundo (DSN). Esta se encuentra formada por grandes antenas de más de 70 metros de diámetro situadas en Robledo de Chavela (Madrid), Goldstone (Estados Unidos) y Camberra (Australia).
Estos tres centros se relevan en función de la rotación de la Tierra, de manera que durante varias horas cada día, la comunicación con la Voyager y otras sondas lejanas se realiza con la antena de Madrid. Por lo tanto, más allá de saber lo que sucederá segundos antes del fin del mundo, es recomendable tener en cuenta estas informaciones sobre el espacio.
¿CUÁNDO ESTARÁ LA VOYAGER 1 A UN DÍA LUZ DE DISTANCIA?

La Voyager 1 se encuentra actualmente a unos 25.418 millones de kilómetros de la Tierra, por lo que se tardaría en llegar a ella 23 horas, 33 minutos y 6 segundos si se viaja a la velocidad de la luz, algo que aún no puede hacer ningún objeto sólido.
Esta sonda viaja a 61.200 km/h, y ha recorrido esa distancia en 48 años y tres meses, pudiendo consultar en todo momento los datos en tiempo real desde esta web de la NASA. Se estima que el 15 de noviembre de 2026, esta mítica sonda conseguirá llegar a alcanzar el día luz de distancia con respecto a la Tierra.
Dado que las comunicaciones también viajan a la velocidad de la luz mediante ondas electromagnéticas, enviar una orden a la Voyager 1, o bien recibir una respuesta por parte de la sonda, tardará un día.
Sin embargo, existe un punto negativo, y es que hay poco que la Voyager 1 pueda contarnos, dado que, con el fin de ahorrar energía en la sonda, han sido apagadas todas las cámaras e instrumentos, a excepción del rayo de partículas cargadas de baja energía (LECP), el magnetómetro y el Subsistema de ondas de plasma (PWS). El objetivo de la NASA en este sentido será mantener las comunicaciones lo máximo posible.
VOYAGER 1, UNA HISTÓRICA MISIÓN DE LA NASA

La Voyager 1 es el objeto prefabricado por el ser humano que más lejos ha conseguido llegar. Lanzada en 1977 para explorar en primer lugar los planetas exteriores a la Tierra, tras completar su misión inicial, fue empujada a los confines del espacio.
En el año 2012 cruzó la heliosfera, la burbuja magnética que envuelve al Sistema Solar, convirtiéndose en la primera representante humana en el espacio interestelar. Desde entonces, continúa viajando a unos 17 kilómetros por segundo y enviando señales que tardan más de 22 horas en llegar a nuestro planeta.
Aunque su energía nuclear se debilita y varios de sus sistemas han sido apagados, esta sonda continúa activa y ofrece datos únicos de una región que ya no está dominada por el Sol. A lo largo de este casi medio siglo, ha trasladado una gran cantidad de información.
Además, hay que tener en cuenta que a través de sus mediciones, han confirmado un fenómeno sorprendente, y es que una observación previa de la Voyager 1 planteó que el campo magnético más allá de la heliopausa era paralelo al de la heliosfera.
Aunque hasta el momento faltaba confirmación, gracias a los datos de la Voyager 2 ya se ha podido confirmar que esa alineación es real y no una coincidencia, lo que es clave para poder entender las fronteras del Sistema Solar.
Nos encontramos en la fase final de la misión Voyager 1, que cada vez está más cerca de su final técnico, aunque seguirá viajando por el espacio durante miles de años, tras haber aportado mucha información a toda la comunidad científica.







