Esta madrugada del 11 al 12 de diciembre se celebrará a partir de las 01:30 horas (horario peninsular y Baleares) una nueva edición de The Game Awards, la gala de premios con más seguimiento y reconocimiento en la industria y el público del mundo de los videojuegos. Con media hora de preshow, la noche en el Peacock Theater de Los Ángeles se alargará presumiblemente hasta las cinco de la mañana, pudiendo seguir el evento a través de YouTube, Twitch y demás plataformas y redes sociales.
Como siempre, el evento estará presentado por Geoff Keighley, el conocido periodista de videojuegos y presentador de televisión canadiense que no ha parado hasta establecer estos premios como la principal referencia del mundillo. Y eso que su funcionamiento no es especial: un jurado representado a través de la prensa especializada de todo el mundo deciden el 90 % de los votos emitidos, mientras que el 10 % restante se reserva para las votaciones de los jugadores.
Es decir, no hay una "Academia de los Videojuegos" muy reputada (como sí ocurre en los BAFTA, por cierto) en The Game Awards, sino que son medios y consumidores los que deciden quién se alza con la estatuilla en cada categoría. Entre los nominados de esta edición destacan los finalistas al galardón Juego del Año/Game of The Year (GOTY), donde el favorito es Clair Obscur: Expedition 33.

El RPG europeo se mide a Hollow Knight: Silksong, Kingdom Come Deliverance II, Death Stranding 2: On the beach, Hades II y Donkey Kong Bananza. Es Sony Interactive Entertainment la editora domina las nominaciones en cantidad con 19, seguida por Kepler Interactive 813), Electronic Arts (10), Microsoft (10), SEGA (7), Supergiant (6) y Team Cherry (5). Pero hay muchas más categorías que reconocen no solo a títulos y editoras, también a desarrolladores, actores, jugadores profesionales o creadores de contenido.
The Game Awards, un juguete muy rentable para Geoff Keighley
De hecho, los creadores son muy relevantes en este juego. El permitir que streamers y medios de todo el mundo retransmitan el evento es una baza importante para la popularidad del mismo. Por poner en contexto, The Game Awards 2024 fue seguido en más de 154 millones de retransmisiones en directo a nivel mundial, con un aumento del 31 % respecto al año anterior y se llegó a registrar un pico de más de 4 millones de espectadores simultáneos.
Se trató de la gala más vista de la historia de los premios, con cifras superiores a los Oscar, los Grammy, Los Emmy y los Globos de Oro. Pero aquí la trampa es que en todos ellos los premios son los protagonistas. En The Game Awards, no; en The Game Awards importan mucho más los anuncios y tráileres que los galardones.
En The Game Awards importan mucho más los anuncios y tráileres que los galardones
Geoff Keighley, el creador y presentador, autofinancia el evento para no depender editorialmente de ninguna gran cadena de televisión. Su motivación viene desde hace más de una década, cuando de 2003 a 2013 trabajó en los Spike Video Game Awards (VGA) en Spike TV. En 2014 decidió alejarse de la "tiranía televisiva" y crear su propio formato con el respaldo financiero de Sony, Microsoft, Nintendo y otras tantas editoras, poniendo un millón de euros de su bolsillo.
Ahora, en 2025, The Game Awards es un escaparate de lanzamientos más que una gala de entrega de premios, pareciéndose mucho más a aquello de lo que huyó Keighley. La duración aumentó progresivamente con el paso de los años y, con ella, la cantidad de anuncios y tráileres. Muchos de ellos pagados y otros con la suficiente potencia como para elevar el caché del evento y seguir atrayendo patrocinadores y colaboradores en próximos años.

Sin datos oficiales sobre la mesa, las cifras de referencia que se manejaban en 2021 y 2022 apuntaban a que el coste operativo del evento es de entorno 10 millones de dólares. Probablemente ahora la cifra sea mayor por la inflación y la escala (teatro, orquesta en vivo, etc.), pero es muy rentable gracias a los tráileres, principal fuente de financiación del evento junto a las pausas publicitarias.
Fuentes de la industria apuntan a que contratar un espacio para un tráiler de un minuto puede costar más de 300.000 dólares; la cifra asciende al medio millón por uno de un par de minutos. Si en una gala se muestran entre 30 y 40 tráileres (muchos de ellos "World Premieres"), solo por este concepto la organización puede ingresar fácilmente entre 10 y 15 millones de dólares en una sola noche, cubriendo los costes de producción y generando beneficios.
Esto sin contar el resto. Por ejemplo, marcas no endémicas como Grubhub, Spotify, Google Play o Discord pagan por aparecer como patrocinadores oficiales, tener segmentos dedicados o regalar códigos durante el la retransmisión. Asimismo, aunque se emite gratis en YouTube o Twitch para maximizar audiencia, existen acuerdos comerciales con plataformas específicas (como Tencent en China o plataformas de streaming en India) para la retransmisión local.
No importan los premios
Todo ello provoca que los premios queden relegados a un segundo plano. Si la gala ya es de por sí eterna, todo minuto que queda libre se aprovecha con un espacio publicitario o un anuncio pagado. Queda muy poco tiempo para las entregas de premios, razón por la que no tiene demasiado sentido que a The Game Awards se le apode a menudo como "los Oscar de los videojuegos".
Los Oscar jamás entregarían un premio en los pasillos, o en el preshow. Por supuesto, no se atreverían a poner a un presentador secundario a decir simplemente el ganador de una categoría empleando 10 segundos de reloj en cámara para después dar paso a un anuncio de Magic The Gathering o a un spot de lavado de imagen para Facebook. O no intentarían echar a un ganador en mitad de su discurso porque no hay tiempo. Todo eso ha ocurrido aquí.
Los Oscar jamás entregarían un premio en los pasillos
Huelga decir que The Game Awards no entrega dinero en efectivo a los ganadores, ni siquiera a los de categorías principales como Juego del Año (o GOTY). Aunque la estatuilla puede tener un valor real (2.500 dólares la de 2024), hablamos de una recompensa en forma de prestigio y reconocimiento que tiene utilidad para impulsar las ventas y la visibilidad del título ganador.
Títulos como Elden Ring o It Takes Two vieron aumentos en sus ventas de hasta un 200 % en las semanas posteriores a la gala. Pero, analizando la evolución de ventas de los últimos diez premiados, llegamos a la conclusión de que, si bien el galardón puede servir como marketing gratuito y ayudar a que ciertos juegos independientes o nuevas propiedades intelectuales sean más atractivos, muchos títulos ya destinados al éxito no dependen del premio para estar en un escalón o en otro a nivel comercial.
Y es que la gente viene aquí por los anuncios, no por los premios. El nuevo Tomb Raider, el videojuego de uno de los creadores de The Last of Us, o el título de Larian Studios que parece ser lo que hay detrás de un monolito que ha aparecido en Estados Unidos como campaña de marketing. Y lo hacen porque así Keighley lo ha querido y así a Keighley le funciona. 'Los Oscar de los videojuegos' pueden no parecerse en nada a los Oscar mientras facturen más que ellos.








