Hugo González convirtió la solemnidad habitual del órgano del TD Garden en una especie de concierto improvisado. Su entrada en pista desató una reacción en cadena: compañeros levantándose, el público conectado y un banquillo que se vino arriba a golpe de energía.
El ex del Real Madrid, que vive cada minuto como si fuera el último, irrumpió en el segundo cuarto cuando los Celtics caían 21-32 ante los New York Knicks del también exmadridista Guerschon Yabusele. A partir de ese momento, la dinámica del partido cambió por completo hasta el triunfo final por 123-117.
La noche iba de récords ya que Hugo González igualó su número de minutos en la NBA -de nuevo ante los Knicks- en una noche marcada por su intensidad. Con 1,98 metros y solo 19 años, en cuanto salió a pista se emparejó sin complejos con Karl-Anthony Towns, un jugador de 2,13, en una apuesta directa de Joe Mazzulla.
El entrenador ve en él un perro de presa capaz de asumir cualquier emparejamiento, del mismo modo que ya hizo en su estreno en el Madison Square Garden frente a Jalen Brunson.
La chispa de Hugo González que encendió la remontada
Con una sucesión de rebotes, acciones defensivas y jugadas de esfuerzo, Boston pasó de aquel 21-32 a un 58-52 favorable al descanso. Los números del español, insuficientes para explicar su impacto, reflejan aún así su aportación: 4 puntos, 5 rebotes, 1 robo, 2/6 en tiros de campo y un +3 en 23 minutos. Su energía, cada vez más valorada por Mazzulla, le ha convertido en uno de los favoritos del público del TD Garden.
El alero completó el segundo cuarto entero, manteniendo un nivel físico que desbordó a los Knicks. A destacar en el inicio de ese periodo es que Hugo salió y se emparejó directamente con un Karl-Anthony Towns que acumulaba 12 puntos. El dominicano tiró de experiencia y le provocó dos faltas rápidas, pero el español se recompuso con un robo y un tapón que terminaron por sacarle del partido. Tanto que Towns acabó en el banquillo tras cometer una falta innecesaria, superado por la intensidad del joven español.

El punto negativo de la noche es que fue sancionado con una falta flagrante sobre Mikal Bridges, pero incluso ese episodio acabó reforzando la sensación de que juega sin guardarse nada en cada balón dividido. En ese tramo, Jaylen Brown acompañó la remontada con un segundo cuarto descomunal de 18 puntos, que permitió a los locales voltear el marcador antes del descanso. Luego sería él quien firmaría una actuación monumental con 42 puntos para decidir la victoria.
"Hugo tiene buenos instintos defensivos..."
Después del encuentro, Hugo reconoció que no se dejó intimidar por Brunson: "Es uno de los mejores jugadores del mundo. Simplemente no hay que dejarse intimidar, pero no hay que subestimarlos en ningún momento porque pueden brillar y hacer jugadas con mucha facilidad".
Joe Mazzulla, por su parte, elogió tanto el presente del alero como su formación previa en el Real Madrid: "Hugo tiene buenos instintos defensivos, algo que la mayoría de los jugadores jóvenes no tienen. Eso se debe a un buen entrenador y a jugar en una liga donde hay que defender en equipo. Ha aprendido de un buen entrenador y ha jugado baloncesto de alto nivel durante mucho tiempo".

Además de los 42 puntos de Jaylen Brown, los Celtics contaron con las aportaciones de Derrick White (22), Payton Pritchard (10), Josh Minott (11) y Anfernee Simons (12). Por su parte, en los Knicks destacaron Mikal Bridges (35 puntos), Karl-Anthony Towns (29), Josh Hart (19) y Jalen Brunson, que firmó 15 puntos y 11 asistencias.
En una noche llena de nombres propios, la historia volvió a inclinarse hacia un novato español que, a base de defensa y energía, se ha ganado un lugar en la rotación y en el corazón del Garden.
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