La razón es la postura que ha mantenido RTVE, contraria a la participación israelí en el Festival de Eurovisión tras la guerra en Gaza. Danon acusa directamente a España de intentar utilizar el certamen para "difundir agendas extremistas" y le recuerda, con cierto desdén, que lleva 56 años sin ganar. La polémica estalla justo antes de una reunión clave de la Unión Europea de Radiodifusión, donde se debatirá precisamente el futuro de Israel en el concurso.
El embajador israelí Danny Danon no se ha andado con rodeos. A través de su cuenta personal en X, antes Twitter, ha publicado un mensaje dirigido específicamente a España con el objetivo de responder a la posición crítica que RTVE y el gobierno español han mostrado respecto a la participación de Israel en Eurovisión 2026.
El embajador de Israel en la ONU acusa a España de "difundir odio" en Eurovisión
Danon comienza su escrito con una firme defensa de lo que, según él, debe ser el espíritu del festival. “España necesita que le recuerden que Eurovisión es una celebración de la cultura, la música y la unidad, no un escenario para difundir agendas extremistas”, afirma. Con esta frase, el diplomático da a entender que la postura española va en contra de los valores fundamentales del concurso, alejándose de la música para entrar en terrenos políticos.
Pero la parte más personal y punzante de su mensaje llega después. “En lugar de intentar dar lecciones al mundo, quizá España debería centrarse primero en la música. Después de todo, han pasado 56 años desde la última vez que ganaron”, escribe Danon. Este comentario, que recuerda la última victoria española con Massiel en 1968, es interpretado como un golpe bajo destinado a desacreditar la autoridad moral de España para opinar sobre el certamen.
El orgullo musical israelí como argumento

Para reforzar su posición, el embajador israelí enumera los éxitos de su país en Eurovisión. Quiere dejar claro que Israel es un participante valioso y con historial. “Israel ha enviado a lo largo de los años artistas brillantes que trajeron orgullo internacional, incluidos cuatro ganadores del primer lugar: Netta Barzilai, Dana International, Gali Atari e Izhar Cohen”, detalla en su publicación, que acompaña con una foto de estos cuatro artistas ganadores.
Este argumento busca contraponer una supuesta trayectoria de éxito y contribución cultural israelí con la crítica española. La intención es pintar a Israel como un país que enriquece el festival, mientras que presenta a España como un actor que, al no tener resultados recientes, se dedica a hacer política en lugar de centrarse en la calidad musical.
Danon cierra su razonamiento con una declaración de principios: “Mientras algunos buscan difundir el odio a nivel global, Israel seguirá promoviendo nuestra cultura”. Esta frase resulta controvertida, dado que la acusación de “difundir odio” la lanza contra un país que, junto a otros, critica la participación israelí por motivos humanitarios relacionados con el conflicto en Gaza.
El contexto de la reunión en Ginebra
Esta polémica no surge en el vacío. El mensaje de Danny Danon llega en un momento muy sensible. Esta misma semana, los días 4 y 5 de diciembre, se celebra en Ginebra (Suiza) la Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión (UER). En este foro, los países miembros debatirán y tomarán decisiones sobre la participación de Israel en Eurovisión 2026.
Israel está ejerciendo presión pública porque sabe que hay varios países, España entre ellos, que han amenazado con abandonar el festival si Israel continúa formando parte del mismo. Su estrategia, a través de declaraciones como las de Danon, parece ser la de presentar a estos países como radicales que politizan un evento cultural, intentando así ganar apoyos entre otros miembros de la UER que podrían ser más neutrales.
La UER, por su parte, ha intentado calmar los ánimos anunciando cambios en el sistema de votación. Sin embargo, para España estas medidas han sido “insuficientes”. La postura oficial se mantiene firme en que la situación actual es “insostenible”.
La posición firme de España y RTVE
Frente a la acusación del embajador israelí, España mantiene su argumento central. La postura no se basa en la música, sino en una cuestión de principios. José Pablo López, presidente de RTVE, lo resumió hace unos días con una frase contundente: “Los derechos humanos no son un concurso”.
Para la televisión pública española y para el gobierno, la clave está en los acontecimientos ocurridos en Gaza. Consideran que, tras el conflicto y las elevadas cifras de víctimas, permitir la participación de Israel sin más equivaldría a blanquear su imagen y utilizar Eurovisión como una herramienta de propaganda política, algo que la UER prohíbe en sus normas. La posición española se alinea con la de otros países que también han mostrado su rechazo.







