Pogacar desata su hambre: sus dos grandes metas para 2026

Imaginemos un ciclista que parece no tener techo. Desbordante, agresivo, implacable. Ese es el retrato que vuelve a proyectar Tadej Pogacar, quien tras una temporada asombrosa ya clava su mirada en dos gigantes del calendario: Milán-San Remo y París-Roubaix. No como un sueño lejano, sino como retos válidos, jugados, posibles.

A sus 27 años, Pogacar no se detiene. Después de firmar una de sus campañas más dominantes con un último triunfo en el Giro de Lombardía, "-la mejor temporada con diferencia”, según él mismo-, el esloveno vuelve a mostrar su cara más ambiciosa.

Para muchos, competir todo el año, en clásicas y vueltas por etapas, ya es un desgaste brutal. Pero Pogacar lo hace con naturalidad, aceptando carreras que no se adaptan a su estilo solo porque ve ahí una ventana para reafirmarse.

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Tadej Pogacar es más que un corredor, es un cazador en todos los terrenos

Durante esta campaña, Pogacar exhibió una versatilidad impresionante: clásicas, etapas de montaña, pruebas de tres semanas... Él no elige solo lo que le viene bien; a veces acepta lo que el calendario le pone enfrente.

Eso le ha valido también críticas: "¿Por qué se mete en carreras que no le convienen?", se preguntan algunos aficionados. Su respuesta es clara. Porque le gusta el riesgo. Porque le gusta la guerra.

Pogacar desata su hambre: sus dos grandes metas para 2026 Fuente: Agencias
Tadej Pogacar en el Giro de Lombardía Fuente: Agencias

Y así, en la rueda de prensa posterior a su victoria en Lombardía, fue tajante: Milán-San Remo y París-Roubaix serán dos de sus grandes objetivos en 2026. No lo dice como un deseo vago, lo lanza como compromiso.

¿Temporada perfecta? No existe, pero Pogacar se acerca

Y es que Pogacar acostumbra a cruzar la línea hacia el otro lado de lo posible. Esta temporada ha sido una de esas pinceladas que justifican esa fama: casi nunca lejos de los primeros puestos, casi siempre dispuesto.

Aceptó las clásicas más duras. debutó nuevamente en París-Roubaix, carrera que no parece hecha para su perfil. Y aún así, peleó hasta el final. En Milán-San Remo cuidó cada metro, consciente de que esas rutas suelen favorecer a otros tipos de corredores.

Su constancia le da esa aura de invulnerabilidad: cuando otros se cansan, él sigue. Cuando bajan, él se curva para subir. Esa combinación de resistencia mental y recursos físicos le permite poner encima de la mesa lo que muchos consideran arriesgado o imprudente.

El engranaje detrás del nombre

No basta con voluntad. Detrás de cada anuncio, cada objetivo, hay equipo, estrategia y minutos de sacrificio. Pogacar ha contado con una estructura que le ha permitido atacar en distintos frentes sin desfallecer.

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Pogacar desata su hambre: sus dos grandes metas para 2026 Fuente: Cordon Press
Tadej Pogacar, durante la disputa de la Milan San Remo Fuente: Cordon Press

Pero, más allá del apoyo logístico, su verdadera arma es su capacidad para reinventarse. Ha aceptado colores distintos de carrera, se ha embarrado en terrenos que no le favorecen.

Y eso resuena en el pelotón: cuando un ciclista de su estatura decide irrumpir en París-Roubaix, todos prestan atención. Algunos ven atrevimiento, otros locura. Pero pocos quedan indiferentes.

Mantener el hambre, la trampa del éxito para Tadej Pogacar

El riesgo de un deportista triunfador es dormirse en sus laureles, acomodarse. Pero Tadej Pogacar parece lejos de ese punto. En cada meta, en cada línea de salida, sigue acechando algo más. Esa actitud caníbal no desaparece con los trofeos: se alimenta de ellos.

Así pues, si Milán-San Remo y París-Roubaix le dan la bienvenida en 2026 como objetivos principales, no será un acto de audacia, sino que será una continuación del relato que él mismo ha construido. Porque en la carrera interminable del ciclismo, el verdadero rival está dentro: resistir el desgaste, retarse una y otra vez, y seguir mordiendo incluso cuando las piernas duelen.

Y ese es el Pogacar que ya se asoma. El que no teme declararse objetivo en dos gigantes. El que no da descanso a su ambición.

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