Lo que comenzó como una grabación sin importancia hecha con el móvil en medio de un concierto de Coldplay, terminó siendo el centro de uno de los escándalos corporativos más sonados del verano. Grace Springer, una joven estudiante universitaria de Nueva Jersey, capturó con su teléfono el momento exacto en que la «kiss cam» del estadio enfocó a una pareja que claramente no quería ser vista junta. La escena se dio durante el evento, el pasado 16 de julio, y en pocas horas su vídeo se convirtió en uno de los más virales del año.
Springer compartió el vídeo en TikTok sin imaginar lo que vendría después. En 24 horas, el vídeo acumuló más de 30 millones de visualizaciones. En total, sumando la viralización en otras plataformas como Instagram y X (antes Twitter), se superaron los 120 millones de reproducciones. Sin embargo, el verdadero dato interesante de esta toma ocurrió cuando se conoció la identidad de los protagonistas del incómodo momento: Andy Byron, CEO de la empresa tecnológica Astronomer, y Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos de la misma compañía. Ambos están casados… pero no entre ellos.
1Las consecuencias reales del momento viral del «kiss cam» en el concierto de Coldplay

El impacto del vídeo fue prácticamente inmediato. En apenas 48 horas, Byron renunció a su cargo como director ejecutivo en medio de la presión mediática y una crisis reputacional para la empresa. Desde ese momento, el vídeo ha sido reproducido en informativos de cadenas como CNN, BBC y medios como The Guardian. Lo que parecía una anécdota habitual de concierto se convirtió en una historia global con consecuencias personales, profesionales, y quizás legales, para los involucrados.
Grace, por su parte, nunca esperó que su vídeo se viralizara de tal manera. En sus decoraciones ha dicho que: «No tenía idea de quién era la pareja». La joven explicó que pensó que había captado una reacción curiosa frente a la cámara y sin dobles intenciones, decidió subirla por diversión. «Cuando lo filmé, no le di mucha importancia, pero claro, todos estaban charlando. Había más de 50.000 personas en el concierto, así que fue un tema candente», comentó en una entrevista reciente.
Incluso se ha mostrado arrepentida por el daño causado, especialmente a la esposa de Byron, Megan, y al entorno familiar de ambos protagonistas del vídeo. «Siento mucho lo de la esposa de Andy, Megan, su familia y todos los que resultaron heridos en el proceso», dijo. Aun así, aclaró que la difusión era inevitable: «Había más de 50.000 personas y no soy la única que lo grabó, así que si no lo hubiera subido yo, estoy segura de que alguien más lo habría hecho».