El FC Barcelona ha vuelto a irrumpir con fuerza en el mercado de fichajes. Esta vez, la noticia llega desde Inglaterra, donde Marcus Rashford se prepara para vestir la camiseta azulgrana. El atacante, que ya había sido tanteado en anteriores ventanas de transferencias, se convierte ahora en el refuerzo elegido por la dirección deportiva para potenciar el frente ofensivo del equipo de Hansi Flick.
La operación, que se venía cocinando en silencio durante las últimas semanas, se cerró en una fórmula que le permite al club catalán sortear sus limitaciones económicas. Se trata de una cesión con opción de compra, un movimiento estratégico que da margen de maniobra a la entidad en tiempos de ajustes financieros.
1Flick avaló la llegada de Rashford como prioridad ofensiva

El técnico alemán fue determinante. Desde su llegada, Hansi Flick dejó claro que necesitaba un atacante capaz de adaptarse a múltiples roles ofensivos. Su idea de juego exige intensidad, movilidad y capacidad de desborde, y en Rashford encontró a ese perfil camaleónico que tanto deseaba.
El entrenador no solo aprobó la operación, sino que se involucró de forma activa. Mantuvo contacto directo con el futbolista, le presentó el proyecto, le explicó su visión y lo convenció de que Barcelona era el lugar ideal para relanzar su carrera. Ese vínculo entre ambos fue una de las llaves que terminó de destrabar la negociación.