Las lentejas son un plato que evoca recuerdos, hogar y tradición en la cocina española, un pilar fundamental en la dieta mediterránea que ha alimentado generaciones con su sencillez y contundencia. Sin embargo, muchas veces se asocian indefectiblemente con el compango, ese acompañamiento cárnico que le aporta sabor y carácter, pero que limita su acceso a quienes buscan opciones más ligeras o vegetarianas, o simplemente prefieren disfrutar de la legumbre en su máxima expresión.
Desligar las lentejas de ese maridaje clásico, las convierte en lo que popularmente conocemos como «viudas», un término que lejos de implicar tristeza culinaria, abre la puerta a exploraciones de sabor inesperadas, a redescubrir matices que el chorizo o la panceta suelen eclipsar. El desafío reside en cómo dotar a estas lentejas huérfanas de carne de una personalidad propia y un fondo que las haga inolvidables, una tarea que, sorprendentemente, encuentra una solución magistral en un rincón concreto de nuestra geografía, un secreto ancestral que potencia su gusto hasta niveles insospechados sin recurrir a grasas animales.
3LA VERA: TIERRA DE ORO ROJO Y SABORES PROFUNDOS
Extremadura, y en particular la comarca de La Vera en Cáceres, es una tierra con una rica herencia gastronómica donde los productos de la huerta y la tradición se dan la mano para crear sabores únicos. Esta región es mundialmente conocida por uno de sus tesoros culinarios, un ingrediente humilde pero extraordinariamente potente que ha cruzado fronteras y se ha convertido en indispensable en innumerables recetas de la cocina española, desde los guisos más contundentes hasta las preparaciones más delicadas.
Este «oro rojo», como a veces se le llama, es el Pimentón de la Vera, un producto con Denominación de Origen Protegida cuya singularidad radica en su proceso de elaboración: el secado al humo de encina o roble. Este método artesanal, transmitido de generación en generación, confiere a este pimentón un aroma ahumado inconfundible y una profundidad de sabor que no se encuentra en otros pimentones, una característica que lo convierte en el aliado perfecto para aportar ese toque deseado a nuestras lentejas ‘viudas’ sin necesidad de usar carne.