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¿Por qué el calor nos quita el hambre? La ciencia detrás de un fenómeno muy clásico del verano

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Con termómetros que superan los 40 grados en varios puntos del país, muchos se sorprenden al notar que, a pesar de sudar sin parar, el hambre parece tomarse vacaciones. En pleno verano, cuando el calor lo invade todo, el apetito se reduce sin previo aviso. Pero ¿es esto normal? ¿O se trata de una simple percepción?

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La respuesta, como casi todo lo que involucra al cuerpo humano, tiene matices. El calor típico del verano no elimina el hambre de forma directa, pero sí modifica cómo y cuándo sentimos la necesidad de comer. A continuación, te contaremos por qué ocurre esto y qué podemos hacer para mantenernos sanos, incluso cuando el cuerpo dice “no quiero”.

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Verano ardiente: Las rutinas se desordenan y la alimentación también

Verano ardiente: Las rutinas se desordenan y la alimentación también
Fuente: Agencias

Otra razón por la que el apetito se altera en verano tiene que ver con nuestros hábitos. Durante esta época, solemos pasar más tiempo fuera de casa, nuestras rutinas cambian y eso también afecta la alimentación. Lo que antes era un horario fijo para comer, ahora se diluye entre paseos, playa, piscina o siestas largas.

“El verano genera un patrón de consumo diferente al que se observa en invierno, cuando se tiende a pasar más tiempo en casa y se pone mayor énfasis en la preparación de las comidas”, apunta la nutricionista. Es decir, comemos menos porque planificamos menos, y muchas veces, recurrimos a opciones poco nutritivas por pura comodidad o improvisación.

Además, en verano tendemos a priorizar platos fríos y rápidos, como bocadillos o snacks, en lugar de preparaciones más elaboradas. Por eso, si no prestamos atención, podemos estar comiendo cualquier cosa y dejando fuera a muchos alimentos esenciales para una buena salud.

Para evitar este desequilibrio, los especialistas recomiendan buscar opciones ligeras, pero nutritivas. Un gazpacho, una ensalada completa, un batido de frutas o una crema fría pueden ser tanto un placer como una fuente de nutrientes.

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