Es curioso cómo el verano, ese periodo en el que el calor pareciera quitarnos el hambre, se convierte paradójicamente en una de las épocas donde más aumentamos de peso. Playa, piscina, terraza o montaña da igual el escenario: los aperitivos veraniegos están a la orden del día. Pero ¿y si te dijéramos que se puede disfrutar de los alimentos sin remordimientos?
Porque el verdadero secreto no está en decirle adiós al picoteo, sino en elegir bien. Por eso, especialistas en nutrición han dado a conocer cómo transformar cada snack en un alimento aliado de nuestra salud, sin perder sabor, sin resignar frescura y, por supuesto, sin renunciar al placer.
5¿Cómo evitar el efecto rebote al terminar el verano?

Septiembre siempre nos recibe con esa incómoda realidad: la báscula sube, la ropa aprieta y la motivación para retomar hábitos saludables se tambalea. La buena noticia es que evitar el efecto rebote no es tan difícil si cuidamos lo que comemos durante el verano.
El gran error está en pensar que los snacks veraniegos son inevitables, y que el disfrute solo viene de la mano del exceso. Pero como bien resumen las especialistas, lo ideal no es eliminar, sino reemplazar. Convertir el aperitivo en un momento consciente, sabroso y equilibrado.