Es curioso cómo el verano, ese periodo en el que el calor pareciera quitarnos el hambre, se convierte paradójicamente en una de las épocas donde más aumentamos de peso. Playa, piscina, terraza o montaña da igual el escenario: los aperitivos veraniegos están a la orden del día. Pero ¿y si te dijéramos que se puede disfrutar de los alimentos sin remordimientos?
Porque el verdadero secreto no está en decirle adiós al picoteo, sino en elegir bien. Por eso, especialistas en nutrición han dado a conocer cómo transformar cada snack en un alimento aliado de nuestra salud, sin perder sabor, sin resignar frescura y, por supuesto, sin renunciar al placer.
2El snack veraniego también puede ser saludable

En la mente colectiva, la palabra “snack” está irremediablemente asociada a paquetes crujientes, bollería, galletas o bebidas azucaradas. Sin embargo, como destaca la dietista-nutricionista Laura Jorge, fundadora de un reconocido centro de salud integral, “hay muchas alternativas que pueden formar parte de una alimentación equilibrada y que incluso ayudan a combatir el calor”.
Aquí es donde aparece una aliada fundamental: la hidratación. Con las altas temperaturas, perdemos líquidos constantemente a través del sudor. Y muchas veces, esa pérdida se malinterpreta como hambre. “Es frecuente confundir la sed con el apetito, lo que puede llevarnos a ingerir alimentos innecesarios cuando en realidad lo que necesitamos es hidratarnos”, advierte la doctora Martorell.
La solución, según los expertos, está en optar por alimentos frescos, ricos en agua, fibra y nutrientes, que no solo sacien sino que ayuden a reponer lo que el cuerpo pierde durante las horas más cálidas.