Especial 20 Aniversario

San José Cafasso, santoral del 23 de junio

En la rica galería de santos que la Iglesia Católica propone como modelos de vida cristiana, la figura de San José Cafasso, cuya memoria se celebra el 23 de junio, ocupa un lugar destacado como faro de sabiduría pastoral, apóstol de la misericordia y formador insigne de sacerdotes. Este humilde sacerdote piamontés del siglo XIX, a menudo eclipsado por la fama de algunos de sus discípulos más célebres como San Juan Bosco, encarnó de manera extraordinaria las virtudes del buen pastor, dedicando su vida a la dirección espiritual, la atención a los más desfavorecidos y, de manera muy especial, al acompañamiento de los condenados a muerte, lo que le valió el apelativo de «el sacerdote de la horca». Su testimonio sigue siendo una fuente de inspiración luminosa para el clero y los laicos comprometidos con la nueva evangelización.

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La relevancia de San José Cafasso para el creyente contemporáneo, y particularmente para quienes ejercen algún ministerio en la Iglesia, radica en su profunda comprensión de la dignidad humana y su incansable celo por la salvación de las almas, incluso de aquellas aparentemente más perdidas. En una sociedad que a menudo margina y descarta, la actitud de Cafasso hacia los prisioneros y los condenados a muerte, llena de compasión, respeto y una inquebrantable esperanza en la misericordia divina, constituye un poderoso llamado a practicar la caridad sin acepción de personas y a ser instrumentos de reconciliación. Su magisterio como formador de sacerdotes, enfocado en la santidad personal, la sólida doctrina y el ardor apostólico, ofrece pautas perennes para la renovación del clero y la fecundidad de la acción pastoral en el siglo XXI.

DE LA ALDEA PIAMONTESA AL ALTAR: LOS CIMIENTOS DE UNA VOCACIÓN SANTA

San José Cafasso, Santoral Del 23 De Junio

José Cafasso nació el 15 de enero de 1811 en Castelnuovo d’Asti (hoy Castelnuovo Don Bosco), en la región italiana del Piamonte, el mismo pueblo que vería nacer años más tarde a su ilustre alumno y amigo, San Juan Bosco, siendo el tercero de cuatro hijos de una familia de campesinos profundamente cristianos. Desde su infancia, a pesar de una constitución física débil y una leve deformidad en la columna vertebral que le acompañaría toda la vida, manifestó una inteligencia vivaz, una piedad sincera y una notable inclinación hacia la vida sacerdotal, destacándose por su carácter afable y su capacidad para atraer a otros niños hacia la oración y las prácticas religiosas. Se estima que su entorno familiar, sencillo pero rico en fe, fue el primer semillero de su futura santidad.

Cursó sus estudios primarios en su pueblo natal y posteriormente en el seminario de Chieri, donde, a pesar de las dificultades económicas de su familia y su frágil salud, brilló por su aplicación al estudio y su ejemplar conducta, ganándose el afecto y la admiración de sus profesores y compañeros. Fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1833 en la catedral de Turín, con apenas veintidós años, una edad temprana incluso para la época, lo que requirió una dispensa especial debido a su excepcional madurez y preparación. Este hito marcó el inicio de una vida enteramente consagrada al servicio de Dios y de las almas, caracterizada por una profunda humildad y un incansable celo apostólico.

Poco después de su ordenación, deseoso de perfeccionar su formación teológica y espiritual, San José Cafasso ingresó en el Convitto Ecclesiastico de San Francisco de Asís en Turín, un prestigioso centro de altos estudios para sacerdotes fundado por el teólogo Luigi Guala, institución que se convertiría en el principal campo de su apostolado durante el resto de su vida. Allí, no solo completó brillantemente sus estudios, sino que pronto fue llamado a ejercer como profesor de teología moral, destacando por la solidez de su doctrina, la claridad de su exposición y, sobre todo, por su capacidad para formar a sus alumnos no solo intelectualmente, sino también espiritualmente, inculcándoles un profundo amor a Dios y un ardiente deseo de santidad.

EL MAESTRO DE TURÍN: SAN JOSÉ CAFASSO Y LA FORJA DE UN CLERO SANTO

La labor de San José Cafasso en el Convitto Ecclesiastico de Turín se extendió por más de dos décadas, primero como profesor y luego, a partir de 1848 y hasta su muerte, como rector de la institución, transformándola en un verdadero semillero de sacerdotes santos y apóstoles celosos para la diócesis de Turín y otras regiones de Italia. Su magisterio no se limitaba a las aulas, sino que se prolongaba en la dirección espiritual personalizada, el confesionario y el ejemplo constante de una vida sacerdotal intachable, convirtiéndose en un referente indiscutible para generaciones de clérigos. Según expertos en historia de la espiritualidad sacerdotal, su influencia fue determinante para la renovación del clero piamontés en un período de grandes desafíos sociales y religiosos.

Como profesor de teología moral, Cafasso se distinguió por su equilibrio y su profunda comprensión de la misericordia divina, huyendo tanto del rigorismo jansenista como del laxismo, enseñando a sus alumnos a ser guías comprensivos y a la vez firmes en los principios morales, siempre orientados a la salvación de las almas. Hacía especial hincapié en la importancia de la oración, la frecuencia de los sacramentos, la devoción a la Virgen María y la necesidad de una sólida formación doctrinal para afrontar los errores de la época. Este fenómeno de formación integral es una de las claves de su éxito pedagógico.

Entre los numerosos alumnos que pasaron por sus aulas y recibieron su dirección espiritual, destaca la figura de San Juan Bosco, a quien Cafasso guio durante sus años de formación sacerdotal y con quien mantuvo una profunda amistad y colaboración apostólica a lo largo de su vida, apoyando y alentando la incipiente obra salesiana en favor de la juventud abandonada. Otros muchos sacerdotes formados por él se distinguieron por su santidad y su celo pastoral, como San Leonardo Murialdo y el Beato Clemente Marchisio, lo que evidencia la extraordinaria fecundidad de su magisterio y su capacidad para suscitar vocaciones santas.

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APÓSTOL DE LAS CÁRCELES Y CONSUELO DE LOS CONDENADOS: MISERICORDIA SIN LÍMITES

Milagros Y Devoción: La Luz De La Fe Manifestada En Pisa

Más allá de su dedicación a la formación del clero, San José Cafasso desarrolló un intenso y heroico apostolado entre los más marginados de la sociedad turinesa de su tiempo, especialmente los presos y los condenados a muerte, ganándose con justicia el apelativo de «el sacerdote de la horca» o «el ángel de las cárceles». Con una valentía y una compasión admirables, visitaba regularmente las prisiones, llevando consuelo material y espiritual a los reclusos, escuchando sus confesiones, preparándoles para recibir los sacramentos y defendiendo su dignidad humana ante las autoridades. Se estima que acompañó en sus últimas horas a más de sesenta condenados a la pena capital.

Su presencia junto a los condenados en el patíbulo era un testimonio conmovedor de la misericordia infinita de Dios, que no desprecia a ningún pecador arrepentido, ofreciéndoles hasta el último momento la posibilidad del perdón y la esperanza de la salvación eterna. Cafasso no solo les preparaba espiritualmente, sino que les acompañaba físicamente en el terrible trance de la ejecución, abrazándoles, rezando con ellos y asegurándoles la cercanía de Cristo crucificado. Este ministerio, extraordinariamente difícil y doloroso, lo ejercía con una serenidad y una dulzura que a menudo conmovían incluso a los verdugos y a los espectadores.

La caridad de San José Cafasso no se limitaba a los presos, sino que se extendía a todos los necesitados, promoviendo diversas obras de asistencia social y animando a sus alumnos y a los laicos a comprometerse en la ayuda a los pobres, los enfermos y los huérfanos. Su profunda convicción de que en cada persona, por muy degradada que pareciera, se escondía una chispa divina y la posibilidad de la redención, le impulsaba a un celo apostólico incansable y a una creatividad pastoral admirable. Esta visión profundamente evangélica de la persona humana es uno de los legados más preciosos de su santidad.

UN FARO DE SANTIDAD SACERDOTAL: EL LEGADO PERENNE DE DON CAFASSO

San José Cafasso falleció en Turín el 23 de junio de 1860, a la temprana edad de cuarenta y nueve años, consumido por su incansable labor apostólica y las dolencias físicas que le habían acompañado durante toda su vida, dejando un inmenso vacío pero también un luminoso ejemplo de santidad sacerdotal. Su muerte fue llorada por toda la ciudad, especialmente por el clero que tanto le debía y por los pobres y marginados que habían encontrado en él un padre y un amigo, y su fama de santidad se difundió rápidamente, iniciándose pronto el proceso para su beatificación. Fue beatificado por el Papa Pío XI en 1925 y canonizado por Pío XII el 22 de junio de 1947.

El legado de San José Cafasso, proclamado patrono de los encarcelados y de los capellanes de prisiones, sigue siendo extraordinariamente actual y necesario en la Iglesia y en el mundo de hoy, recordándonos la centralidad de la misericordia en el ministerio pastoral y la urgencia de atender a las periferias existenciales. Su vida es un mentís a cualquier forma de clericalismo o de pastoral de simple mantenimiento, invitando a un compromiso valiente y creativo con la evangelización, especialmente entre aquellos que se sienten más alejados de Dios y de la comunidad eclesial. Según expertos en pastoral penitenciaria, su modelo sigue siendo una referencia fundamental.

La figura de este humilde pero gigante sacerdote piamontés nos interpela a todos, clérigos y laicos, a vivir con mayor coherencia nuestra vocación cristiana, poniendo en el centro de nuestras preocupaciones la salvación de las almas y el ejercicio de la caridad sin límites. En un tiempo de profundos cambios y desafíos, la intercesión y el ejemplo de San José Cafasso nos animan a ser pastores según el corazón de Cristo, capaces de buscar a la oveja perdida, de vendar sus heridas y de conducirla con alegría al redil del Padre, donde hay fiesta por cada pecador que se convierte.

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