El Athletic Club de Bilbao se enfrenta de nuevo a la sombra de un pasado reciente que dejó una herida abierta en Ibaigane. La situación de Álex Padilla, joven portero cedido en Pumas de la UNAM, ha encendido todas las alarmas y evoca peligrosamente el «caso Remiro», aquel que vio a un prometedor guardameta cambiar Lezama por Zubieta, dejando una sensación de impotencia y frustración en la parroquia rojiblanca. La inacción del club en la negociación por su futuro podría desencadenar un escenario similar, con el añadido de la posible marcha de Julen Agirrezabala, lo que dejaría una vacante significativa bajo los palos.
La posibilidad de que Álex Padilla siga los pasos de Remiro, quedando libre y fichando por un rival directo como la Real Sociedad, genera un pánico comprensible. Más allá de la pérdida deportiva de un activo con proyección, se cerniría de nuevo sobre el Athletic la sensación de no saber retener a sus talentos, especialmente en una posición tan crítica como la portería. La dirección deportiva se encuentra ante una encrucijada, con el reloj corriendo y la sombra de un precedente doloroso planeando sobre la capital vizcaína.
La inacción en el caso Padilla y el efecto Remiro
La falta de movimientos por parte del Athletic para recuperar a Álex Padilla de su cesión en Pumas resulta cuanto menos desconcertante. A pesar de la hipotética salida de Julen Agirrezabala, una circunstancia que elevaría a Padilla como el segundo guardameta por detrás de Unai Simón, el club no ha manifestado su intención de traerlo de vuelta. Esta pasividad contrasta con la urgencia que cabría esperar ante la posibilidad de perder a un futbolista con potencial, y remite directamente a la gestión que, en su momento, acabó con la marcha de Remiro.
La situación se complica al saber que la intención de Padilla es permanecer en México esta campaña. Su objetivo es consolidarse y pelear por un puesto en la selección mexicana de cara al Mundial de 2026, una aspiración legítima que el Athletic parece no estar sabiendo encauzar a su favor. Este deseo del jugador, sumado a la aparente desidia del club, abre la puerta a que Padilla quede como agente libre, repitiendo el fatal desenlace que ya se vivió con Remiro, quien finalmente se decantó por la Real Sociedad.
¿Unai Simón sin competencia?
El posible escenario de que Álex Padilla no regrese y Julen Agirrezabala abandone el club deja un panorama desolador en la portería del Athletic. Unai Simón, indiscutible bajo los palos, se encontraría sin una competencia real y con una falta de alternativas que podría lastrar el rendimiento del equipo a largo plazo. La ausencia de un segundo portero de garantías y con proyección generaría una dependencia excesiva de Simón, aumentando la presión sobre él y minimizando las opciones de rotación o de cubrir una posible lesión.
El fantasma de Remiro acecha con más fuerza que nunca. La pérdida de un portero con futuro, que además podría reforzar a un rival directo, no solo supondría un revés deportivo, sino también un golpe moral para la cantera de Lezama y para la propia filosofía del Athletic. Es imperativo que la dirección deportiva actúe con celeridad y tome las riendas de la situación para evitar que el «caso Remiro» se repita, y para garantizar que la portería rojiblanca siga siendo una posición de fortaleza y no de incertidumbre.
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