En las carreteras españolas, cada infracción cuenta. Lo que puede parecer una simple distracción o una decisión apresurada al volante, para la Dirección General de Tráfico (DGT), puede convertirse en una sanción económica de gran envergadura. Y es que no todas las multas cuestan lo mismo: algunas llegan a cifras verdaderamente desorbitadas, dependiendo de su gravedad y del impacto que puedan tener en la seguridad vial.
Con el objetivo de garantizar el cumplimiento de la ley y proteger tanto a conductores como peatones, la DGT ha establecido un sistema de sanciones que va desde los 100 euros por infracciones leves, hasta los temidos 20.000 euros por aquellas conductas que ponen en serio peligro la vida de los demás. A continuación, detallaremos cuáles son las infracciones más caras que podrías cometer y cómo evitarlas.
2Multas que impactan: las infracciones más graves según la DGT

Más allá de las infracciones comunes, la DGT clasifica otras conductas como “muy graves”. Estas están recogidas en el artículo 77 de la Ley de Tráfico, y el artículo 80 es donde se especifica la sanción más contundente: multas que comienzan en los 3.000 euros y pueden llegar, en ciertos casos, a los 20.000 euros.
Estas cifras se aplican a comportamientos que suponen un riesgo elevado para la seguridad vial. El objetivo no es solo sancionar, sino también disuadir. Según fuentes consultadas dentro del propio organismo, se trata de “infracciones intolerables” que ponen en jaque la integridad de todos los usuarios de la vía.
Entre estas acciones encontramos situaciones como conducir con un inhibidor de radar instalado en el vehículo, aunque no esté encendido. Este tipo de dispositivo tiene como fin entorpecer la función de los radares de velocidad, lo que representa una vulneración directa del control de tráfico. La DGT puede sancionar esta conducta con hasta 6.000 euros de multa y la retirada de 6 puntos del carné. No importa si el dispositivo está en uso o no: su simple presencia ya constituye una infracción.