Especial 20 Aniversario

Una amenaza invisible: Harvard revela datos preocupantes sobre nuestra alimentación y la salud del corazón

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A veces, los enemigos más peligrosos se esconden en lo cotidiano. En lo que comemos cada día. Así lo demuestra un estudio reciente de la Escuela de Salud Pública de Harvard, publicado en la prestigiosa revista The Lancet, que ha puesto en alerta al mundo entero: hay alimentos que parecen inofensivos, pero que están directamente relacionados con enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.

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Tras analizar durante años los hábitos alimenticios de más de 200.000 personas, los investigadores descubrieron que ciertos productos ultraprocesados elevan significativamente el riesgo cardiovascular. Salchichas, refrescos, snacks y cereales industriales están ahora bajo el microscopio de la ciencia. Pero ¿qué significa esto en la práctica? ¿Qué podemos hacer como consumidores?

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El peligro oculto en nuestras neveras: carnes procesadas bajo la lupa

El peligro oculto en nuestras neveras: carnes procesadas bajo la lupa
Fuente: Agencias

¿Quién no ha desayunado alguna vez con una rebanada de jamón o una tostada con bacon crujiente? Estos productos forman parte habitual de millones de dietas en todo el mundo. Pero, según los científicos de Harvard, su sabor viene acompañado de un alto precio para la salud cardiovascular.

Las carnes procesadas —como las salchichas, el jamón curado, el chorizo o el tocino— destacan por contener cantidades elevadas de sodio y grasas saturadas. El sodio, en especial, es uno de los principales responsables de la hipertensión arterial, una condición que afecta a las arterias y que obliga al corazón a trabajar más de lo debido. A largo plazo, este esfuerzo extra puede desembocar en enfermedades graves.

Además, las grasas saturadas que abundan en estos productos elevan el colesterol LDL —también conocido como «colesterol malo»—, lo que favorece la acumulación de placas en las arterias y puede causar arteriosclerosis. En otras palabras: un desayuno aparentemente inofensivo puede, con el tiempo, cobrar factura al corazón.

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