¿Alguna vez has murmurando «dónde coloqué las llaves», mientras revisas cada esquina de tu casa? ¿O te has dicho en voz baja «tranquilo, vas a hacerlo increíble» antes de una reunión importante? Este es un hábito frecuente y no, resulta que no estás loco. Conoce el secreto oculto detrás de hablar solo, según los expertos.
Hablar solo parece un acto espontáneo y casual, incluso, casi inadvertido, pero la ciencia lo respalda como un hábito poderoso. Descubre por qué este simple acto cotidiano puede ser el aliado que tu mente necesita.
1Hablar solo y en voz alta activa tu memoria y concentración

Este hábito ha resultado ser una herramienta poderosa que permite organizar tus pensamientos, reforzar la memoria e incluso regular las emociones. Según la BBC, diversos estudios han demostrado que verbalizar tus ideas mejora el enfoque, y los expertos en psicología lo recomiendan como una práctica esencial para el autoconocimiento.
Cuando mencionas en voz alta un objeto que estás buscando o repites una lista de tareas, no estás simplemente murmurando: de esta forma se activan mecanismos cognitivos que refuerzan tu memoria. Gary Lupyan, psicólogo de la Universidad de Wisconsin, lo explica de la siguiente manera: «Decir palabras en alto es una poderosa clave de recuperación». En uno de sus experimentos alusivos a este tema, los participantes que verbalizaban en voz alta los nombres de objetos en una pantalla los recordaban después con mayor facilidad que quienes solo los repetían mentalmente. «El lenguaje impulsa ese proceso», agregó.
Pero esta habilidad no es exclusiva de los adultos. Un estudio publicado en Cognitive Development informó que muchos niños utilizan el discurso personal privado para organizar sus ideas y resolver problemas. Por ejemplo, para construir un rompecabezas, un niño puede decir en voz alta «esta pieza va aquí» para guiar sus movimientos. Los expertos han señalado que esta práctica, aunque se internaliza con la edad, se mantiene presente en la adultez, siendo usada como un recurso para planificar y enfocarse.
En espacios laborales, hablar solo se resume en mayor productividad. Verbalizar pasos durante una tarea compleja ayuda a dividir los procesos y minimizar los errores. No es casualidad que muchos profesionales realicen esta técnica para mantenerse en ‘flow’.