El acto de conciliación con Miguel Ángel Revilla quedó en el aire, mientras que el emérito Juan Carlos I eligió navegar por las aguas de Sanxenxo durante su estancia en el país. Alejado de los problemas legales, el exmonarca prefirió la pasión náutica, rodeado de familiares y amigos, que una jornada judicial, durante su paseo, combinó deporte, relaciones familiares y claro, un gesto mediático que no pasó desapercibido.
El litigio con Miguel Angel Revilla avanza, pero, Juan Carlos I ha demostrado que, fuera de los lejos de los tribunales y lejos de problemas, su mejor estrategia es volver a la normalidad. O, al menos, en apariencia. Sanxenxo le sigue brindando ese escenario familiar y cómodo.
1Juan Carlos I se mantiene ausente en Santander pero hace presencia en la ría

Para el día viernes 16 de mayo de 2025, estaba previsto que Miguel Angel Revilla y el emérito acudieran al juzgado de Las Salesas en Santander para el acto de conciliación, sin embargo, este no se llevó a cabo. Juan Carlos I, representado por su abogada Guadalupe Sánchez, decidió no comparecer a la cita, algo permitido legalmente, pero que el expresidente cántabro calificó como evasión: «Quería que diera la cara», declaró el político.
Ese día, mientras su equipo de abogados defendía su derecho al honor —por declaraciones que fueron consideradas por ellos como «calumniosas e injuriosas»—, el emérito pilotaba la lancha Cristina en la ría de Pontevedra. Desde allí, daba continuidad a las regatas de la Liga Española de 6 Metros, donde el Bribón, su icónico velero, estaba compitiendo.