Las patatas al ajillo conforman una deliciosa (y muy apetitosa) opción para preparar nuestro estómago antes de los primeros platos, o como principal, por qué no. En ello, y más allá de que sean muy factibles para sacarnos de algún apuro, se ven muy bien para cualquier tipo de carne.
De hecho, es bastante común que nuestro plato de carne vaya acompañado previamente de una guarnición como son las patatas al ajilo. El secreto de las mismas no es otro que conseguir con ellas que estén tiernas por dentro y crujientes por fuera. Y a partir de ahí podemos hacer un plato más que sabroso y que nos salvará de cualquier apuro. Así puedes prepararlas.
4Tras cocer las patatas, las echamos en una sartén con aceite

Es saludable reivindicar este tubérculo que diariamente acompaña todo tipo de comidas y realzar su valor. Este plato puede acompañar carnes asadas, a la plancha o presentarse como entrante o aperitivo junto a otras cosas.
Al pensar en patatas al ajillo, normalmente planificamos una receta tradicional y fácil de hacer, que siempre es bien recibida y en la práctica gusta mucho.
Así, y tras haver cocido previamente las patatas que servirán de nuestro ajillo, lo que haremos será poner una sartén a fuego medio con el vaso de aceite y, cuando esté caliente, añadimos las patatas.