Patatas al ajillo: la mejor guarnición para cualquier carne

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Las patatas al ajillo conforman una deliciosa (y muy apetitosa) opción para preparar nuestro estómago antes de los primeros platos, o como principal, por qué no. En ello, y más allá de que sean muy factibles para sacarnos de algún apuro, se ven muy bien para cualquier tipo de carne.

De hecho, es bastante común que nuestro plato de carne vaya acompañado previamente de una guarnición como son las patatas al ajilo. El secreto de las mismas no es otro que conseguir con ellas que estén tiernas por dentro y crujientes por fuera. Y a partir de ahí podemos hacer un plato más que sabroso y que nos salvará de cualquier apuro. Así puedes prepararlas.

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Estos son los ingredientes para preparar nuestras patatas al ajillo

Como tal, podemos decir que es un plato que, aunque se ha extendido por muchos lugares y localizaciones, su origen más certero se da en Jaén, por lo que si buscas comer un plato de carne con estas patatas al ajillo déjanos recomendarte que pases por algún bar o restaurante jienense, y seguro que saldrás ganando.

Así, hablamos de ella como una salsa o complemento típico elaborada a base de ajos, pan frito, pimentón, vinagre, vino blanco y Aceite de Oliva Virgen Extra.

Dicha salsa, de origen pastoril, la utilizaban en la Edad Media como aderezo en los platos de carne, preferiblemente la de cordero, conejo y pollo para realzar el sabor de los platos. Más fácil y rápida que la original, puede servirnos como base de otras. Lo cierto estas patatas al ajillo quedan riquísimas y son ideales para un aperitivo. Estos son sus ingredientes:

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  • 500 gramos de patatas
  • 2 decilitros de ajos
  • 100 mililitros de vino blanco
  • 1 vaso de aceite de oliva
  • 1 pizca de sal
  • 1 puñado de perejil
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