Pablo Motos es uno de los presentadores de televisión más exitosos de nuestro país de las últimas dos décadas, y es que, ¿quién no conoce al de Requena? Este éxito se lo debe en gran parte a su trabajo en el programa El Hormiguero, en el cual aparece desde sus inicios en 2006. Actualmente dirige el show televisivo junto a Jorge Salvador, y sigue, 15 temporadas después, batiendo registros de audiencia.
El Hormiguero 3.0, como se llama actualmente, se reinventa cada temporada con nuevas y diversas secciones. Este espíritu de renovación permanente se lo debe sin duda a su figura más visible, el presentador Motos. Quien iba a decir que un formato de televisión con un chico de la radio al mando, en el que unas hormigas que sobresalen de la mesa del plató son las protagonistas, iba a funcionar en España. Pues sí, ha funcionado y de qué manera.
3Un espíritu rebelde y bromista
El de Requena ha contado en varios medios algunas de sus gamberradas en su adolescencia. A Cristina Pardo, en una entrevista reciente, le contó uno de esos episodios. En el domicilio de Motos la televisión era en blanco y negro, sin embargo, él había visto tras la pantalla de sus vecinos, ya a color, que Miliki, Fofó y Fofito vestían con trajes rojos. Eso entusiasmó al joven adolescente que decidió romper la tele de su casa para que sus padres compraran una a color.
Así lo contaba: “Todos mis vecinos ya tenían tele en color. Entonces yo había visto que Miliki, Fofó y Fofito llevaban un traje que era rojo y en mi casa era gris. Entonces dije: yo esto lo tengo que arreglar, voy, tiro la tele, mi padre me pega 30 segundos y compran la tele. Y eso fue lo que ocurrió”. Sus padres seguramente no tardaron en perdonarle, y como esa, miles de anécdotas en la recámara. En la misma charla con Cristina Pardo, reconocía que una fuente de sus constantes travesuras era su, anteriormente mencionada, hermana Pepa, un año mayor que él.
Según Motos: “Nuestros padres no sabían qué hacer con nosotros. Éramos dos gansos. Teníamos un sistema en el que se valía hacer cualquier broma, y esto nos tenía a los dos muy despiertos”. Actualmente los dos hermanos siguen teniendo una excelente relación. De su humilde pasado en las calles de Requena, en las cuales descubrió el arte de tocar la guitarra en la peluquería de su barrio, a la acomodada vida en Madrid centro, donde sigue su actividad profesional, Pablo Motos nunca se ha rendido ante las adversidades.