De mayor promesa mundial a juguete de Telecinco: la debacle de Jesé Rodríguez

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La historia de Jesé Rodríguez nos dice que no siempre el talento asegura un largo recorrido de éxitos y triunfos. Ni mucho menos. Y en el mundo del fútbol actual, esto no podía ser distinto. Porque la vida del canario dio un giro (a peor) después de una primera etapa en el Real Madrid, donde incluso formó parte de una de las tres Champions consecutivas de los blancos.

Sin embargo, su condición de ser más personaje que futbolista se fue uniendo a una serie de desaveniencias continuas en los equipos que formó parte. Un claro ejemplo es la imagen ofrecida durante su aparición (telefónica) en un reality de Telecinco, La Casa Fuerte. En esas, todo nos lleva a como aquel jugador que prometía ser una de las sensaciones del fúbtol español poco a poco a ido perdiendo un peso deportivo más que significativo para adquirir una apariencia más propia de un 'celebritie'. Lo repasamos.

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La grave lesión que privó a Jesé Rodríguez de los elogios

Hubo un tiempo el que no paró de recibir elogios. Antes de romperse el ligamento cruzado de su rodilla derecha en 2014, contra el Schalke, el canario estaba llamado a ser muchas cosas. Era el futbolista de moda, dicho por el propio Cristiano Ronaldo.

Brillaba, deslumbraba y dejaba que los aplausos lo auparan. Pero una noche de Champions quiso que todo eso acabara. Un crujido, una camilla y el hospital. Entre seis y siete meses de baja. Un calvario que empezó aquel día y que no parece terminar.

Jesé, tras aquella lesión, no volvió a ser el mismo en el Real Madrid. Sus zancadas se apagaron y su protagonismo menguó hasta el mínimo. El canario, entonces, se planteó salir del club. El primero que llamó a su puerta fue el PSG, quien por entonces parecía el equipo perfecto para mostrar de lo que era capaz. Parecía una buena idea.

Pero no. Jesé no acabó de despegar. Jugó menos de lo esperado y se vio condenado al lado más oscuro del fúbtol. Sin presencia, sin un lugar fijo y sin el cariño que buscaba. Luego de vivir en un hotel de la capital francesa y de no querer aprender el idioma, decidió marcharse a Las Palmas, a su casa, y recuperar su nivel. Pero tampoco.El mal momento del club canario fue otro golpe para Jesé Rodríguez, que pasó sin brillo, ni chispa... ni fútbol. Tres años después de la lesión, todavía le acompañaba.

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