No es una pregunta figurada. El debate ha llenado páginas y páginas de la historia del fútbol contemporáneo. La cuestión atravesó la plenitud de Maradona y le acompañó por siempre cuando décadas después otros futbolistas, especialmente Leo Messi, acreditaron los suficientes méritos como para plantarle cara. Pero ahora, tras su repentino fallecimiento, se hace aún más palpable: como El Diego no habrá.
Su muerte detiene un torbellino alucinante de hechos, de una existencia que se irradió hasta los rincones más escondidos del planeta. Ser Diego Armando Maradona fue algo único, incomparable, inimitable. Endiosado, virtuoso y enviciado. Entrañable y pendenciero. El hombre de una época, referencia de las mayores glorias deportivas y símbolo de algunos fracasos personales. Repasamos el por qué de todo ello, de por qué nuestro Maradona. Ese deslenguado carismático del viejo mundo; ese Diego de trampitas mágicas en el vivir.
3Sin el mejor palmarés, Maradona se conjugó a la perfección con su carisma

Algo muy a destacar de Maradona, y de por qué no hay nadie que se le pueda acercar en la historia, es que el '10' no fue el jugador con el mejor palmarés. Pero lo cierto es que dejó una huella imborrable tanto en el campo como fuera de los estadios.
Desde su debut con 15 años, su fútbol se conjugó a la perfección con su carisma y personalidad dentro de los terrenos de juego para convertirle en un fenómeno, un icono en todo el mundo pero sobre todo en Argentina y Nápoles, donde fue elevado a divinidad. Maradona fue uno de esos futbolistas que desprendía magia con cada gambeta, cada cambio de ritmo o cada gol, muchos de ellos de bella factura.