¡Cuántas veces nos habremos sentido decepcionados porque el perrito caliente que acabábamos de pedir no era como el de la fotografía! ¿Por qué tus cereales no son tan molones como los del anuncio? Nos entró por los ojos en la carta, pero después en el plato es otra historia. Las apariencias engañan y las fotos más aún, el doble. Vamos, que son un completo engaño.
9Carne
El olorcito que desprenden los restaurantes a la hora de comer, con esos platos hirviendo da muchísimo hambre y ganas de entrar en el restaurante. No hay nada mejor que la comida calentita y los publicistas lo saben. Poner un plato de macarrones o un filete sin humillo saliendo de él en la foto lo hace muy soso, poco apetecible, pero con vapor... ¡puf, vaya hambre! Eso sí, el vapor de las comidas calientes dura casi nada, así que para que aguanten y sea denso en el ambiente para poder ser más fácilmente captado, se usa el incienso o el humo del cigarro.
