Un joven se enfrenta a tres años de prisión, después de que la Fiscalía rebajase hoy su petición, por robar un bocadillo en una panadería de Barcelona, y amenazar a los comerciantes con una lengüeta de una lata de bebida.
La defensa del joven alega que su representado actuó por «un estado de necesidad» ya que estaba hambriento, tal y como informa ‘ABC‘.
La abogada defensora, Mònica Caellas, ha solicitado en los juzgados la libre absolución del acusado, dado que no existe «daño patrimonial» y actuó movido por su necesidad de comer, en lo que la abogada denomina como un «hurto famélico».
El acusado reconoce que se abalanzó sobre el mostrador para alcanzar la pieza, después de que un cliente le negara su ayuda para adquirir el bocadillo, pero que en ningún momento amenazó a nadie, hecho que contradicen las dependientas al asegurar que las amenazó con un pequeño objeto metálico antes de salir huyendo con el ‘botín’.
En un principio no se dio aviso a las autoridades hasta que el acusado, según testigos, regresó a la tienda, supuestamente, en estado de embriaguez para insultar a las trabajadoras.
