Vaticano pide a obispos ser «más conscientes del peso de sus decisiones u omisiones»

El secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, ha instado a los obispos a ser «más conscientes del peso de sus decisiones u omisiones», tras publicar el informe de la toma de decisiones de la Santa Sede en relación al excardenal Theodore Edgar McCarrick, condenado por abusos sexuales a seminaristas tanto adultos como menores de edad.

«Son páginas que nos empujan a una profunda reflexión y a preguntarnos qué más podemos hacer en el futuro, aprendiendo de las dolorosas experiencias del pasado», ha señalado el secretario de Estado tras la publicación del informe, elaborado por Secretaría de Estado bajo el mandato de Francisco.

El cardenal mano derecha de Francisco ha admitido en un video mensaje que publican el informe «afligidos por las heridas que el caso ha provocado en las víctimas, en sus familias, en la Iglesia en los Estados Unidos y en la Iglesia Universal».

Además, señala que su lectura empuja a la Iglesia a una «profunda reflexión» y a preguntarse «qué más podemos hacer en el futuro, aprendiendo de las dolorosas experiencias del pasado». Y ha agregado: «De la lectura del documento se desprenderá que todos los procedimientos, incluido el nombramiento de obispos, dependen del compromiso y la honestidad de las personas interesadas. Ningún procedimiento, incluso el más perfeccionado, está libre de error porque involucra las conciencias y las decisiones de hombres y mujeres».

Asimismo ha asegurado que el informe repercutirá también en hacer que todos los involucrados en tales cuestiones «sean más conscientes del peso de sus decisiones u omisiones».

El purpurado ha agradecido a las víctimas sus testimonios, pues han sido «fundamentales» para que el Vaticano haya podido ir «en búsqueda de la verdad», al tiempo que ha dado cuenta de que en los dos años que han tardado en elaborar el Informe la Santa Sede ha aprobado normativa para poner coto a los abusos.

El secretario de Estado concluye su reflexión indicando que «el dolor va acompañado de una mirada de esperanza». «Para que estos fenómenos no se repitan, además de normas más eficaces, necesitamos una conversión de los corazones. Necesitamos pastores creíbles anunciadores del Evangelio, y todos debemos ser muy conscientes de que esto solo es posible con la gracia del Espíritu Santo, confiando en las palabras de Jesús: ‘Sin mí nada podéis hacer'», finaliza.