Más de 6.000 menores sufrieron volencia durante el confinamiento

11.682 menores solicitaron ayuda a la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) desde el inicio de la declaración del estado de alarma hasta la actualidad, de los cuales un 52% denunció haber sufrido violencia (más de 6.000) y 2.151 peticiones fueron consideradas como «casos graves» para esta organización.

El 76,7% padecieron problemas psicológicos derivados de las consecuencias del confinamiento y necesitarán ayuda durante la ‘nueva normalidad’, adviertió esta fundación.

Los menores, señaló ANAR, están muy afectados psicológicamente porque consultan con problemas de ansiedad en un porcentaje muy elevado (8,4%), muchos de los adolescentes que piden ayuda se autolesionan (4,4%), otros padecen trastornos de alimentación provocados por los malos hábitos alimentarios (1,8%) y la falta de ejercicio físico derivando en una baja autoestima (1,2%). Además, la enfermedad y fallecimiento de familiares cercanos y seres queridos ha provocado consultas por depresión, tristeza (3,9%), y duelo mal resuelto.

Algunos menores de edad están desarrollando obsesiones fruto del exceso de lavado de manos y de las pautas de higiene. Otros, miedo, soledad y frustración que trasforman en forma de agresividad hacia los demás.

Las familias se quejan de problemas de normas y límites unido a la imposibilidad de conciliación lo que ha aumentado el número de consultas por trastornos de conducta (7,9%) y la necesidad de los padres de tener pautas educativas apropiadas (2%) durante este tiempo en el que el teletrabajo continúa, pero no hay clases en un horario reglado.

Por último, siguen incrementándose los casos de ideas e intentos de suicidio. Se han disparado hasta convertirse en el principal motivo de consulta en lo relativo a los problemas psicológicos que padecen los adolescentes.

Sobre los más de 6.000 niños que han sufrido violencia, el director de programas de ANAR, Benjamín Ballesteros, resaltó que «los agresores se sienten impunes puesto que se ha perdido la observación que suponen los centros escolares, centros deportivos y de ocio, centros de salud, etc”.

VIOLENCIA

La violencia física intrafamiliar (con marcas, moratones, lesiones graves…) suponen el principal motivo de acercamiento a ANAR seguido del maltrato psicológico y/o emocional que se han recrudecido durante el estado de alarma. Los casos de abuso sexual detectados suponen el tercer motivo más frecuente durante este tiempo, con el agravante del ocultamiento más absoluto de la situación y una frecuencia diaria.

También destacan por su frecuencia y gravedad los casos de violencia de género del padre contra la madre y de las adolescentes sometidas al control tecnológico de sus novios, así como los casos de abandono por negligencia y desatención en los cuidados los hijos/as.

“Por desgracia durante estos días estamos viendo noticias con un desenlace fatal en los que los padres agreden hasta la muerte a sus hijos… no es más que una muestra de los que en ANAR estamos detectando y evitando con nuestros servicios de ayuda”, aseguró Ballesteros.

ANAR explica que la violencia procedente de fuera del núcleo familiar, sobre todo la que proviene de las redes sociales, también sigue presente con casos de ‘grooming’, ciberacoso, ‘ciberbullying’, ‘sexting’ y otras formas de extorsión. Además, han seguido produciéndose casos de agresiones extrafamiliares de vecinos y otras personas del entorno que vuelcan su ira y frustración sobre los menores de edad.

Esta fundación prevé que en la ‘nueva normalidad’ los menores de edad necesitarán ayuda psicológica. Así, insta a las familias que soliciten ayuda psicológica para superar lo ocurrido y pide a la administración que los niños, niñas y adolescentes sean una prioridad absoluta y que se dote al sistema de sanitario de los recursos psicológicos necesarios para tratar a los menores de edad sin colas de espera y con la frecuencia adecuada.

(SERVIMEDIA)