Navarra registra un récord en la cría del quebrantahuesos

Cuatro nuevos ejemplares jóvenes de quebrantahuesos, nacidos entre marzo y abril, han logrado volar y dejar el nido a finales de este verano en Navarra, lo que se considera «un éxito en la reproducción» de esta rapaz.

El quebrantahuesos ya ocupa en Navarra nueve territorios de cría, incluido Aralar, lo que «confirma su expansión desde el Pirineo hacia el oeste peninsular».

Esta temporada, la Comunidad foral ha conseguido un record de productividad en la cría del quebrantahuesos desde que se tienen registros (año 1980), y los cuatro pollos que han logrado volar este año superan a los tres ejemplares que lo consiguieron en 2015, ha destacado en un comunicado el Gobierno de Navarra.

El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, en aplicación del Plan de Recuperación del Quebrantahuesos en Navarra, lleva a cabo el seguimiento de esta población reproductora. Así, durante la presente temporada 2019-2020 se ha constatado que son ya nueve los territorios ocupados en Navarra por esta especie, un territorio más que las temporadas anteriores, y que ha vuelto a ocuparse este año desde que se abandonó en la temporada 2002-2003.

El personal técnico considera este dato como un indicio de la expansión territorial de la especie, que tiene en la Comunidad foral su límite meridional de distribución, concretamente en el pre Pirineo.

Navarra cuenta con la tercera población de quebrantahuesos en el sur del Pirineo, muy por detrás de Huesca y Lleida. Sin embargo, aunque la importancia numérica en la Comunidad foral únicamente alcanza el 6,3% de la población estatal, la presencia de la especie en la región se considera «esencial, por constituir el corredor natural para la expansión de la especie hacia las zonas montañosas del norte de España, enlazando Pirineos con la Cordillera Cantábrica y el norte del Sistema Ibérico».

El quebrantahuesos es una especie muy longeva. Su supervivencia se basa en compensar su baja tasa de reproducción con una larga esperanza de vida. Cada año el celo comienza a finales del otoño y, si todo se desarrolla bien, los pollos nacidos entre febrero-abril no llegan a volar hasta julio-agosto del año siguiente. Cuando logran volar, superando caídas desde el nido y otras causas naturales que a menudo los malogran, los pollos dejan el nido e inician su dispersión juvenil. A los 7 años alcanzan su edad reproductiva y, habitualmente, regresan a criar a sus territorios de origen.

Actualmente, apenas en el 30% de los territorios ocupados en Pirineos se concluye la reproducción. Por ello, este año se puede considerar «todo un éxito», ya que siete de los nueve territorios ocupados en Navarra han iniciado la reproducción (han realizado la puesta) y cuatro pollos han llegado a volar.

INTENTOS DE CRÍA EN ARALAR Y MONCAYO

Uno de los territorios en que el quebrantahuesos ha intentado criar este año ha sido el situado en Montes Vascos, el primer territorio extra pirenaico que se colonizó en una expansión natural de esta especie. La historia de la colonización de este territorio puede dar una idea de la dificultad y el rango temporal que puede abarcar la creación de un nuevo territorio y con ello la expansión natural de esta especie fuera de Pirineos.

Kiriku, macho nacido en 2006 en el territorio de Arbaiun, se territorializó en Aralar hacia 2012, cuando alcanzó la edad adulta. En 2017 se emparejó, esta vez formando un trío cooperativo con otro macho y una hembra, Muel, marcada en Aragón en 2016 a la edad de 6 años. En la temporada 2019, la hembra realizó la primera puesta, que fracasó durante la incubación. Esta última temporada el pollo llegó a nacer, sin embargo, un derrumbe del nido impidió que pudiera llegar a volar.

Por otra parte, en esta temporada también se ha realizado la primera recolonización natural del Sistema Ibérico, con el primer intento de reproducción en muchas décadas en el Parque Natural de Moncayo. Se da la circunstancia de que la hembra de esta pareja es Ezka, un ejemplar nacido en el valle de Roncal en 2015 y marcado también dentro del desarrollo de las acciones del Plan de Recuperación del Quebrantahuesos en Navarra.

DOS PUBLICACIONES SOBRE EL QUEBRANTAHUESOS Y RAPACES NECROFAGAS

El quebrantahuesos es una de las especies que ha sido objeto de estudio en el proyecto Interreg-Poctefa ECOGYP ‘Servicios ecosistémicos, rapaces necrófagas y hábitats’, junto con el alimoche común, buitre leonado y buitre negro, como necrófagas estrictas; y el milano real, como necrófago facultativo.

ECOGYP se ha desarrollado entre 2017 y 2019 y, en el tramo final del cierre del proyecto, han elaborado y editado en formato digital dos publicaciones que resumen importantes aspectos del trabajo. Se trata de ‘Servicios ecosistémicos, rapaces necrófagas y hábitats’, que recoge los principales resultados y conclusiones del proyecto ECOGYP, y de ‘Identificación y caracterización de hábitats pascícolas utilizados por aves necrófagas’, destinado a la realización de una cartografía y caracterización de los hábitats utilizados por estas especies (pastizales/matorrales) en dos zonas piloto de gestión ganadera: en la Zona Especial de Conservación (ZEC) Sierra de Ugarra y en la Sierra de Sarbil.

En el proyecto ECOGYP (2017-2019), las regiones de ambos lados del Pirineo han trabajado en el desarrollo de un marco técnico conjunto para la gestión sostenible de aves rapaces, y para reforzar los vínculos entre los actores pirenaicos y estas especies emblemáticas del patrimonio natural. El trabajo conjunto de tres años se ha dedicado a proteger el hábitat de las rapaces necrófagas, actualmente amenazadas; realizando el estudio del estado actual de sus poblaciones, la modelización de sus perspectivas futuras, el análisis del uso que hacen del espacio y la caracterización de los hábitats que utilizan.

También se ha trabajado la relación entre las personas y las rapaces necrófagas: identificando y corrigiendo las presiones y amenazas, todas antrópicas, que sufren estas especies; y también poniendo en valor y fortaleciendo los lazos entre las personas y los buitres, influyendo de manera positiva en la cohabitación entre ambos. En este sentido se ha realizado un análisis económico de los servicios ecosistémicos ligados a las rapaces necrófagas y se ha trabajado en varias líneas para poner de relieve la positiva interrelación existente entre las aves necrófagas y la actividad ganadera tradicional.

El Proyecto ECOGYP, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Rural (FEDER), fue liderado por Gestión Ambiental de Navarra, Sociedad Pública del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y en él participaron como socios Gobierno de Aragón, Diputación Foral de Álava, Fundación HAZI-Diputación Foral de Gipuzkoa, Ligue pour la Protection des Oiseaux (LPO/BirdLife) y Fundació Catalunya La Pedrera como asociado a GAN.