La órbita de una estrella alrededor del agujero negro de la Vía Láctea da la razón a Einstein

Un estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha permitido dar la razón a la teoría de la relatividad de Einstein tras analizar la elipse de la estrella S2 alrededor del agujero negro supermasivo de la Vía Láctea durante un seguimiento de 26 años.

Según explicó este jueves el CSIC, a 26.000 años luz de la Tierra, en las regiones centrales de la Vía Láctea, se halla Sagitario A*, un agujero negro supermasivo con una masa equivalente a unos cuatro millones de soles. Los agujeros negros son objetos tan compactos que ni siquiera la luz puede escapar de su influencia gravitatoria, y fue el estudio detallado de las órbitas de las estrellas cercanas lo que permitió conocer su masa.

Ahora, una de esas estrellas, conocida como S2, ha permitido estudiar en detalle la gravedad en entornos extremos y confirmar la validez de la teoría de la relatividad de Albert Einstein. El trabajo, publicado en la revista ‘Science’, ha contado con la participación de investigadores del CSIC.

 

Einstein, en su teoría de la relatividad, mostró que el tiempo y el espacio, que siempre se habían considerado entidades diferenciadas, formaban en realidad una entidad única: el espaciotiempo que es el escenario en el que se desarrollan todos los eventos físicos del universo, y se trata de un tejido maleable, que se curva en presencia de materia.

RELATIVIDAD

A este respecto, la investigadora de la Universidad de California en Estados Unidos Andrea Ghez, que encabeza este estudio, afirmó que “nuestras observaciones son consistentes con la teoría de la relatividad. Sin embargo, la relatividad no puede explicar completamente la gravedad dentro de un agujero negro, y en algún momento tendremos que ir más allá de Einstein, a una teoría de la gravedad más completa que explique estos entornos extremos».

Los resultados han sido posibles gracias a la estrella S2, que dibuja una elipse muy pronunciada en torno a Sagitario A* y que, en el punto de máximo acercamiento, se sitúa a tan solo unas tres veces la distancia que existe entre el Sol y Plutón. A esa distancia, y debido a la enorme fuerza de gravedad del agujero negro, la relatividad predice que los fotones (partículas de luz) deberían sufrir una pérdida de energía, lo que se conoce como desplazamiento al rojo gravitatorio.

Los datos clave en la investigación fueron los tomados con el telescopio Keck (Hawaii) durante los meses del máximo acercamiento entre la estrella y el agujero negro.

Los expertos concluyeron que “este resultado es un ejemplo claro del enorme potencial de centro galáctico como laboratorio, no solo para estudiar los núcleos galácticos y su papel en la evolución de las galaxias, sino también para resolver cuestiones de física fundamental”.