La Guardia Civil estudió un correo en el que Turull pedía a Junqueras una aportación extraordinaria de 3,4 millones de euros

El décimo guardia civil que estaba citado a declarar este miércoles en el juicio del `procés´ fue el agente que analizó los correos electrónicos de Oriol Junqueras. De entre miles de correos que estudió, seleccionó cinco que se ajustaban a los criterios que le dieron para buscar. Uno de ellos lo dirigía el conseller de Presidencia, Jordi Turull, al ‘número dos’ de la Generalitat y responsable de Economía, Oriol Junqueras, para pedirle una aportación extraordinaria de 3.430.000 euros.

El guardia civil había recibido la orden de analizar dos cuentas de correo de Oriol Junqueras, una de ellas era la de la Generalitat y la segunda era su cuenta personal, en la que no se encontró ningún mensaje “relevante” para la investigación. Los criterios que le dieron para bucear entre miles de correos eran los de buscar mensajes en relacionados con la campaña del referéndum y el posible uso de fondos públicos.

Sólo cinco de ellos “cumplían los criterios de selección”, explicó el agente. Entre ellos figuraba el de Turull, de fecha 25 de agosto de 2017, en el que solicitaba a Junqueras que, en su calidad de responsable de Economía, liberase una “aportación extaordinaria de más de tres millones”, del que no figuraba el destino.

Este mismo agente estudió los correos de Carles Mundó, exconseller de Justicia, y uno de los tres acusados en este juicio que está en libertad provisional. Está acusado de un delito de malversación. Los correos que la Guardia Civil consideró relevantes en su caso se refieren la “inquietud» de los jueces decanos sobre lo que podría pasar en Cataluña el 1-O y las “medidas a adoptar», tales como prolongar los horarios de los juzgados o el aumento de la vigilancia.

El fiscal preguntó si en los correos se ponían «obstáculos» a lo que pedían los jueces. «Obstáculos o evasivas. Veían que ya eran suficientes las medidas que había. Y que si tenían algún problema, que llamasen a emergencias», señaló el testigo.

Este guardia también participó en los registros en la sede del Departamento de Economía del 20 de septiembre de 2017 por orden del juez de Instrucción número 13 de Barcelona.»Llegué el último y no tuve sitio para aparcar. Tuve que dejar el vehículo en la parte de arriba». Se trataba de un vehículo «camuflado» que al estar aparcado lejos «no sufrió ningún daño», explicó.

Tras relatar cómo se desarrollaron los registros, explicó que los ordenadores y la documentación requisada se identificó y se archivó en cajas. «Los registros terminaron entre ocho y media o nueve”, pero ellos no pudieron salir hasta las 3.00 de la madrugada. Durante la jornada, estuvo concentrado en su tarea y no fue consciente de lo que ocurría fuera hasta que recibió llamadas de sus familiares y “subimos a la terraza y lo vimos».

Una vez terminado el registro “mi oficial nos ordenó que custodiásemos los efectos. Que tuviéramos paciencia y que ya saldríamos”, explicó el agente a preguntas de la Fiscalía. Mañana, en la vigésima sesión del juicio, hay otros diez guardias civiles citados.