La exconsejera de Educación de la Generalitat de Cataluña Meritxell Ruiz desvinculó este martes, durante su declaración como testigo en el juicio del ‘proces’, su dimisión del referéndum del 1-O. Sin embargo, apuntó que “era evidente que de julio a octubre incrementaría esa tensión dialéctica entre los gobiernos” y “a mí me costaba verme en esa tensión”.
Meritxell Ruiz, consejera de la Generalitat de Cataluña entre el 14 de enero de 2016 y el 14 de julio de 2017, declaró este martes ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes independentistas por la convocatoria y celebración del referéndum. Durante su declaración, Ruiz rechazó que su dimisión estuviese vinculada directamente con la inminente celebración del referéndum del 1-O y destacó que durante las reuniones del Gobierno “siempre se hablaba de pacto y de diálogo con el Estado español”. “No hablamos del referéndum unilateral”, aclaró posteriormente.
Sobre un posible referéndum pactado, la exconsejera indicó que se realizaron gestiones “a nivel tanto de presidentes, como de vicepresidentes, como de los consejeros que teníamos reuniones con todos los ministros correspondientes. Pedíamos que se escuchase la voluntad de las urnas y del 80% que apoyaba un referéndum pactado”.
Sin embargo, el 9 junio de 2017 ya se había fijado una fecha para el referéndum y fue el 14 de julio cuando presentó su dimisión a Puigdemont. Preguntada por esto, Ruiz subrayó que “era evidente que de julio a octubre incrementaría esa tensión dialéctica entre los gobiernos”, pero insistió en que su decisión no fue determinada por el 1-O. “Cuando hay una remodelación de gobierno una tiene que hacer una reflexión personal”, explicó, “en ningún momento se me planteó la vía unilateral como una vía posible” pero, continuó, “me plantee que entrábamos en un periodo de tensión dialéctica y a mí me costaba verme en esa tensión”. En este sentido, concluyó, “si intentamos llegar a un acuerdo y no llegamos a un acuerdo no sé qué escenario se abriría”.
