La crisis del coronavirus arrastrará a 700.000 niños a la pobreza este año

Los niños y niñas en riesgo de pobreza o exclusión social crecerán este año hasta los 2,78 millones como consecuencia de la crisis del coronavirus, según las previsiones recogidas en un informe de Save the Children. Son 700.000 menores más que elevarán la tasa de pobreza infantil al 33,3%.

Uno de cada tres niños será pobre al acabar 2020, tal y como augura el estudio ‘Infancia en Reconstrucción’ que ha presentado este miércoles la ONG. El 33,3% de los niños estará en riesgo de pobreza al acabar el año, cuando al inicio esta tasa era del 26,8%. La pobreza severa aumentaría aún más, hasta alcanzar más de un 15%.

Se trata, según Save the Children, de unas cifras “muy por encima de los países de nuestro entorno” y “preocupantes en una sociedad avanzada”.

Para el director general de la organización, Andrés Conde, “la estadística es fría, pero las proyecciones apuntan a que la crisis se va a cebar con los menores de 16 años como colectivo más vulnerable”, dijo en la presentación del informe. Quienes más sufrirán las consecuencias serán los hogares con rentas inferiores al 40% de la mediana de ingresos.

Un ejemplo de la fragilidad de los menores en relación a la pobreza es que, antes de la pandemia, casi un 27% de los niños y niñas españoles vivía en riesgo, frente al 21,5% de la población general.

De hecho, España es de los estados europeos con peores datos de pobreza infantil al ser el segundo país con más menores pobres de la Unión Europea, sólo superado por Rumanía. Además, el 12% de los niños y las niñas españoles viven en pobreza severa, muy por encima de la media europea (6,9%) y sólo es superado por Italia, Bulgaria y Rumanía.

Si la situación ya era preocupante antes de la crisis del coronavirus, las proyecciones de Save the Children al acabar 2020 son poco halagüeñas. “Hay familias que ya partían de una situación de desventaja antes de esta crisis y para las que las consecuencias sanitarias y económicas de la crisis son, y serán, más graves”, asegura el informe.

Entre quienes saldrán peor parados están las familias monoparentales -generalmente encabezadas por una mujer-, quienes antes de la crisis ya sufrían la pobreza en 56.019 hogares. El 72,5% de estas familias es pobre, el 90% no puede afrontar imprevistos, el 28,3% pasa frío en invierno y uno de cada tres tiene retrasos en el pago de suministros.

La crisis de la Covid-19 aumentará el riesgo de pobreza en las familias monoparentales en cinco puntos, de manera que al cerrar 2020 el 48% de estas familias será pobre.

La directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Save the Children, Catalina Perazzo, valoró el impacto que tendrá el Ingreso Mínimo Vital en la reducción de la pobreza tras la crisis del coronavirus.

A su juicio, es difícil hacer cálculos, pero sostuvo que la medida no tendrá apenas efecto en las tasas de pobreza y no compensará el aumento de las tasas provocadas por la crisis laboral y económica. Y es que esta prestación “no llega a quienes más lo necesitan”, pues “el 37% de las familias con hijos a cargo y en pobreza severa, 180.000 hogares, no se van a beneficiar”.

Por tanto, la ONG aseguró que es precisa una mejora del Ingreso Mínimo Vital y mantener la prestación por hijo a cargo. “Si no, dos de cada tres niños y niñas en situación de exclusión serán los grandes perdedores de esta medida”, defendió Save the Children.

Por último, Perazzo defendió una prestación que cubra el 80% de los ingresos de quienes hayan tenido que acogerse a reducciones de hornada para cuidar a menores y que se priorice a las familias monomarentales.

CRECERÁ EL ABANDONO ESCOLAR

Según el informe, los efectos del cierre de centros educativos serán más graves para los niños y niñas en mayor vulnerabilidad. En concreto, la ONG prevé que el abandono escolar crezca un 1,7%, por lo que “es esencial poner en marcha medidas que reviertan los efectos del confinamiento, con el objetivo de reducir la desvinculación con la escuela” de los niños.

Por tanto, Save the Children pidió focalizar en el ámbito educativo, no sólo por “una cuestión de justicia”, sino también de “eficiencia” porque “el abandono escolar nos cuesta, cada año, 17.000 millones de euros”.

(SERVIMEDIA)