España buscará ayudar a rebajar la tensión entre Turquía y Grecia y Chipre

El Gobierno español quiere contribuir a rebajar la tensión y facilitar el diálogo entre Grecia y Chipre, por un lado, y Turquía, por otro, ante la escalada en el Mediterráneo oriental, dada su buena relación con todos estos países.

Así lo ha explicado la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, en declaraciones a los periodistas tras una reunión informal con sus colegas europeos en Berlín. Según ha dicho, el alto representante, Josep Borrell, tiene encomendada la misión de «construir puentes», Alemania está en un «esfuerzo de mediación» y España quiere hacer también el «modesto esfuerzo de contribuir».

«Nos preocupa que se den pasos que quizá no se quieran dar pero que acaben en una escalada que pueda llevar al enfrentamiento», ha reconocido.

La situación en el Mediterráneo ha sido uno de los temas en la agenda de la reunión y González Laya ha subrayado que «la clave es evitar actos unilaterales» y poner las bases para una confianza que permita dialogar sobre dos cuestiones: la delimitación de aguas territoriales y las perforaciones gasísticas en la región.

La ministra ha evitado valorar la posición francesa –que apoya a Grecia en su apuesta por una respuesta firme frente a Ankara– y ha señalado que, en la reunión, ha expresado su «honda preocupación por la escalada de tensiones» y ha pedido «esfuerzos sinceros» para impulsar la negociación.

Eso sí, también se ha mantenido en los principios acordados por los ministros en su última reunión extraordinaria: solidaridad con Grecia y Chipre «como miembros de la familia europea», desescalada y «malestar profundo por la falta de avances en el diálogo». De hecho, ha reconocido «preocupación» por la posición de Turquía pero es partidaria de garantizar que se puede «reconducir la situación».

Los ministros han alcanzado en Berlín un principio de acuerdo político para poder ampliar a más personas la lista de sanciones que la UE ya puso en marcha por las prospecciones de gas turcas en aguas de Chipre, pero esa lista está aún por definir.

En relación con el Mediterráneo oriental, los Veintisiete han hablado también de la situación de Libia y González Laya ha pedido esfuerzos europeos para consolidar el inicio de alto el fuego.

Por otro lado, los ministros han mostrado un amplio acuerdo para imponer sanciones a personalidades responsables del fraude electoral y de la represión de las protestas en Bielorrusia, así que habrá «personas de alto rango». Sin embargo, esa lista no está redactada aún, así que por el momento no se sabe si entre los sancionados estará el propio presidente, Aleksandr Lukashenko.

«EL PALO Y LA ZANAHORIA»

En todo caso, la ministra ha defendido que las sanciones «no son una manera de castigar» sino de «ayudar a abrir caminos de diálogo». «La UE no castiga, busca que se abran cauces de dialogo utilizando tanto el palo como la zanahoria», ha dicho.

Así, ha señalado que la UE ha dado su apoyo a la ayuda que pueda prestar la OSCE para impulsar el diálogo del Gobierno con la oposición y la sociedad civil. González Laya ha reiterado el mensaje de que la UE no está haciendo injerencia en sus vecinos ni jugando a «juego geopolítico» pero que «no se puede quedar callada ante violaciones de los derechos humanos y atentados a la democracia y a la libertad».

Por último, los ministros europeos han deplorado el golpe de Estado en Malí y han dado su apoyo a los esfuerzos de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para buscar una salida rápida y una transición hacia un gobierno civil a partir de unas elecciones que se convoquen cuanto antes. España, como presidenta de la Alianza del Sahel, también está trabajando con la CEDEAO para buscar una solución.