El juez Marchena, protagonista de la recepción de los Reyes en Palacio Real

El presidente de la Sala del Tribunal Supremo que juzgó el proceso independentista en Cataluña, Manuel Marchena, fue el protagonista indiscutible de la recepción que los Reyes ofrecieron este sábado en el Palacio Real con motivo de la celebración de la Fiesta Nacional. En el tradicional besamanos que se celebró en el Salón del Trono, los flashes de los fotógafos atronaron cuando el magistrado saludó a los monarcas.

La expectación venía provocada por la filtración esta misma mañana del fallo de la sentencia, que en la que el Tribunal Supremo considera, según ha confirmado Servimedia, que hubo violencia durante el `procés´ independentista de otoño de 2017 en Cataluña, pero entiende que fueron episodios puntuales y que sus efectos constituyen un delito contra el orden público y no contra el orden constitucional, por lo que condenará a los líderes del 1-O por sedición y malversación en una sentencia que se ha adoptado por unanimidad. Pero no lo hará por rebelión.

Marchena, que atendió a los medios de comunicación en uno de los corrillos que se forman en los salones adyacentes al Salón del Trono, declaró que estaba «disgustado» por la filtración, que calificó como «una pena».

A continuación, dejó claro que no ratifica ninguna de las informaciones publicadas, y precisó que una sentencia no está acababa hasta que la firma el último magistrado, y que se conocerá hasta el lunes, el martes o el jueves. Lo que ha pasado, cree, es «una insensatez».

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aprovechó la recepción para anunciar que comparecerá ante los medios de comunicación en el Palacio de la Moncloa una vez que se conozca la sentencia del Tribunal Supremo sobre el proceso independentista en Cataluña.

Además, en la misma charla informal expresó su confianza en que los independentistas hayan aprendido «la lección» tras las consecuencias que ha tenido la declaración unilateral de independencia en 2017.

Reiteró, en todo caso, que la respuesta del Gobierno será «moderada» y acorde a los hechos que tengan lugar tras conocerse esa sentencia del Supremo. «Será proporcional, democratica y con unidad», aseveró.

En los últimos días, Sánchez ha dejado abierta la puerta a emplear todos los instrumentos del Estado de Derecho para preservar la legalidad en Cataluña tras esa sentencia, incluida la aplicación del artículo 155 de la Constitución o de la Ley de Seguridad Nacional. Y en ese sentido, aunque no mencionó el citado artículo dijo que «consultaría a la oposición».

Sobre la filtración no quiso pronunciarse y afirmó no conocer «el contenido». «Por lo tanto, no puedo opinar al respecto». El presidente en funciones agregó que espera que no se produzca violencia en Cataluña pero precisó que «estamos preparados para actuar ante cualquier escenario».

De forma parecida se expresó su ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien comentó que «no tiene por qué haber disturbios» pero, si se producen, «estamos preparados».

También dijo que el Gobierno socialista en funciones «tiene todo hecho en el traslado de los restos de Franco» porque ha sido el Tribunal Supremo el que ha dado luz verde.

Por su parte, Pablo Casado, líder de la oposición aseguró que había hablado con el presidente del Gobierno en funciones y que que le había dicho que tiene «red» para hacer «lo que tenga que hacer» en Cataluña tras la sentencia del proceso independentista y que en el PP «le vamos a apoyar» en esa respuesta.

Casado considera que a un gobierno en minoría «le debería tranquilizar» saber que cuenta con ese apoyo del principal partido de la oposición.

El líder del PP se mostró convencido de que la sentencia tendrá un «efecto balsámico» porque a partir de ahora los líderes independentistas meditarán sus decisiones y sus actos, conscientes de las consecuencias que acarrean.

Albert Ribera, por su parte, que acudió a la recepción solo, sin su actual pareja la cantante Malú, expresó su solidaridad y «mucho ánimo» para el juez Marchena.

RECEPCION

A la recepción de este año acudieron unos 1.300 invitados, el Gobierno en pleno, los presidentes del Congreso, Meritxell Batet y del Senado, Manuel Cruz, los presidentes autonómicos, salvo los de Cataluña y el País Vasco, las maximas autoridades judiciales, el cuerpo diplomático, alcaldes de ciudades de más de 200.000 habitantes, jefes de Estado Mayor del Ejército, diputación de la Grandeza, encabezada por el duque de Alba, confesiones religiosas, representantes de las organizaciones de la discapacidad -como el presidente de la ONCE, Miguel Caraballeda- y periodistas.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, se estrenó en la recepción, a la que fue acompañado por su esposa. También acudieron el secretario general de su partido, Javier Ortega-Smith, así como la vicesecretaria de Acción Social, Rocío Monasterio, y su marido, el diputado Iván Espinosa de los Monteros. El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, no asitió.

Antiguos cargos del PP como la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Saenz de Santamaría, la ex secretaria general Dolores de Cospedal o el exministro Cristobal Montoro, al igual que la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre también participaron de la recepción.

(SERVIMEDIA)