El colectivo LGTB regresa a La Moncloa tras 14 años sin ser recibido por un presidente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibió este miércoles en el Palacio de la Moncloa a un numeroso grupo de activistas LGTB y referentes del mundo de la cultura con motivo del Orgullo, a los que se dirigió para trasladarles que “el Gobierno se va a mantener firme” y no va a permitir “ni un paso atrás” en la defensa de sus derechos.

El colectivo LGTB no pisaba la moqueta del palacio presidencial desde 2005, cuando se aprobó el matrimonio igualitario y fueron recibidos en la Moncloa por José Luis Rodríguez Zapatero. Por entonces, Pedro Zerolo encabezó la delegación de activistas de un movimiento que hoy ha vuelto a la sede del Ejecutivo sin él, pero con muchos de los referentes que le acompañaron.

Boti García, Federico Armenteros, Carla Antonelli, Jordi Petit y otros muchos nombres del colectivo que estos días celebra su semana grande, la del Orgullo, fueron los convocados por Sánchez. También estaban otras personalidades visibles LGTB como Pedro Almodóvar, ‘los Javis’, el modisto Palomo Spain, el actor Pepón Nieto o el primer secretario del PSC, Miguel Iceta.

El primero en tomar la palabra fue el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que leyó la declaración institucional que aprobó el pasado viernes el Consejo de Ministros coincidiendo con el 50 aniversario de las revueltas del Stonewall Inn de Nueva York, considerado como el inicio del movimiento LGTB y el Orgullo.

Después llegó el turno de la histórica activista Boti García, durante años presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), a la que sigue vinculada. “Hemos sido quemadas en las hogueras, encerradas en hospitales, ridiculizados ante la opinión pública (…) Estamos para celebrar nuestra supervivencia”, declaró ante el presidente del Gobierno y tres de sus ministros: la vicepresidenta Carmen Calvo, Fernando Grande-Marlaska (Interior) y María Luisa Carcedo (Sanidad).

Pedro Sánchez narró la historia de Antonio Ruiz, una persona homosexual que en 1976 fue encarcelada durante tres meses en aplicación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social por considerarlo un pervertido. “Esto no ocurría en 1950 o 1960, era 1976, había muerto el dictador Franco. No son persecuciones remotas; en términos históricos estamos hablando poco menos que de ayer mismo”, dijo el presidente.

En este sentido, el jefe del Gobierno añadió que hoy por hoy “el conjunto de la sociedad ya no entiende de discriminaciones por orientación sexual” y aseguró que España es “un referente LGTB”, al tiempo que agradeció a los colectivos su labor, porque “sois un entramado fuerte, sólido, muy activo y con capacidad reivindicativa y movilizadora”.

También les prometió que “el Gobierno se va a mantener firme” ante agresiones o amenazas a personas por su orientación sexual o identidad de género, así como que “nunca más” se va a cuestionar el derecho a ser feliz de una persona, porque “prohibir el amor porque sea diferente se convierte en un disparate colosal”.

Jordi Petit, destacado activista catalán, centró su discurso en los países que aún persiguen la homosexualidad, al tiempo que criticó a los ‘lobbies’ “eclesiásticos” que, a su juicio, tratan de interferir en las acciones de gobierno para limitar los derechos del colectivo LGTB. “Invito a todos los países progresistas a combatir esta ola conservadora”, dijo.

El acto concluyó entre aplausos para dar pie a un cóctel entre los miembros del Gobierno, los activistas y las personalidades del mundo de la cultura que asistieron, y recordando que, como dijo Boti García, “no hay ninguna lucha que merezca más la pena que la lucha por ser y por amar”.

(SERVIMEDIA)