El cambio de señales ha costado a los españoles 526.000 euros

La retirada o el cambio de señales de 100 a 90 km/h en las carreteras convencionales -es decir, de un carril por sentido y sin desdoblar- ha costado alrededor de 526.000 euros sin IVA a los titulares de las vías con calzada de más de siete metros de ancho, concretamente el Ministerio de Fomento, las comunidades autónomas, las diputaciones provinciales y los cabildos insulares.

La velocidad genérica máxima de 90 km/h en todas las carreteras convencionales para coches, motos y autobuses entra en vigor este martes. Esa medida afecta a 11.856 kilómetros de los más de 14.419 kilómetros de vías convencionales que tiene la Red de Carreteras del Estado.

Este martes se iguala el límite de velocidad en todas las carreteras convencionales a 90 km/h para coches, motos, autobuses, autocaravanas de masa máxima autorizada igual o inferior a 3.500 kilos, pick-up, vehículos derivados de turismo y vehículos mixtos adaptables. El tope será de 80 km/h para camiones, tractocamiones, furgonetas, autocaravanas de masa máxima autorizada superiora 3.500 kilos, vehículos articulados, automóviles con remolque y resto de vehículos.


Los titulares de las vías han procedido en los últimos 30 días a retirar o cambiar 2.719 señales con límites antiguos de velocidad. Los directores generales de Tráfico y de Carreteras, Pere Navarro y Javier Herrero, respectivamente, escenificaron este lunes el cambio de la última señal de 100 a otra de 90 km/h en la N-VI a la altura de Collado Villalba.

“Esta reducción de la velocidad debe ir acompañada de una mayor vigilancia y control por parte de las policías encargadas de la vigilancia del tráfico y de mejoras y actuaciones en el diseño de las infraestructuras por parte de los titulares de la vía”, apuntó Navarro.

Herrero comentó que uno de los objetivos del Ministerio de Fomento es “la seguridad en las infraestructuras de su titularidad”, además de llevar a cabo “actuaciones para mejorar la propia infraestructura como refuerzos de firme, balizamiento, etc., sin olvidar las nuevas carreteras que vamos poniendo en servicio”.

PRINCIPALES OBJETIVOS

El principal objetivo de esta medida de la Dirección General de Tráfico (DGT) es reducir la siniestralidad vial y cumplir el objetivo establecido en la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 de bajar de 37 la tasa de fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes. En contraposición, en 2017 la tasa fue de 39.

Otro de los objetivos es converger con la UE porque la mayoría de sus países han ido adoptando medidas de reducción de las limitaciones de velocidad en las vías en las que no hay separación física de sentido. La tendencia mayoritaria es la limitación de 90 km/h, aunque algunos países ya han apostado por establecer en estas vías limitaciones de 80 km/h, como Suecia y Países Bajos, referentes en seguridad vial.

Además, la DGT pretende reducir la diferencia de velocidad entre vehículos de transporte de viajeros y mercancías respecto de los turismos. Según diferentes estudios, los que circulan a velocidades dispares de la media de la vía, como pueden ser los camiones en relación a coches y motos, son más susceptibles de provocar un accidente, con una probabilidad seis veces mayor que si estos vehículos circularan a la media del resto. Del mismo modo, velocidades de circulación más homogéneas favorecen la fluidez del tráfico.

RAZONES

Por otro lado, la bajada del límite de velocidad se produce en las vías donde se registra el mayor número de víctimas (en torno al 75-80% de media en los últimos cinco años) y en las que la velocidad es un factor concurrente.

En 2018 fallecieron 877 personas en estas carreteras. El accidente más frecuente fue la salida de la vía, que representa un 40% de los accidentes mortales, seguido de las colisiones frontales, con un 27%. Muchos de estos accidentes están relacionados con pérdidas de control debido a velocidades excesivas.

Tráfico señala que a mayor velocidad, mayor distancia de detención. En condiciones óptimas de vehículo, carretera, conductor y atmosféricas, a 90 km/h se necesitan 70 metros para detener el vehículo y a 100km/h la distancia se eleva a 84 metros, esto es, más de lo que mide de ancho un campo de futbol. Con el suelo mojado, la distancia de detención aumenta casi un 70%.

Asimismo, a mayor velocidad se reduce el campo de visión. Un conductor circulando a 65 km/h tiene un ángulo de visión de 70 grados, a 100km/h baja a 42 grados y a 150 km/h es de 18 grados, es decir, solamente ve el centro de la carretera.