El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación en funciones, Josep Borrell, eludió este viernes expresarse acerca de sus ambiciones en el próximo Ejecutivo comunitario, aunque bromeó sobre el puesto que le gustaría ocupar de los cinco que tienen que designarse –presidentes del Consejo Europeo, de la Comisión Europea, del BCE y del Parlamento Europeo y Alto Representante para la Política Exterior- de la siguiente manera: “Si es muy top…”
Así se pronunció el jefe de la diplomacia española durante la presentación de los ‘Cuadernos de Santa Cruz’ en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Lo hizo después de que el Consejo Europeo celebrado para designar al aspirante a presidir la Comisión Europea haya culminado sin acuerdo y los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se hayan emplazado para el próximo día 30 de junio para encontrar una entente.
Borrell afirmó que “hubiera sido una sorpresa muy agradable” que el Consejo Europeo se hubiera puesto de acuerdo a la primera, ya que es casi un ritual que los europeos tomen sus decisiones “en el último minuto”.
Explicó que esta elección es una de las decisiones “más difíciles” que tiene que tomar la UE debido a los equilibrios geográficos y de género que hay que entender y que no podrán satisfacerse en su totalidad”.
Reconoció que todos los países, España incluida, aspiran tener a nacionales en los puestos más relevantes, aunque matizó que “no es tan importante el pasaporte como el proyecto”, poniendo como ejemplo de ello que a los candidatos a presidir el BCE no los juzga en función de su nacionalidad sino a partir de las políticas que puede poner en marcha.
Respecto a su inclinación por inclinar un cargo de relevancia en la UE, eludió pronunciarse ateniéndose a su condición actual de ministro de Exteriores y diputado electo del Parlamento Europeo, aunque bromeó afirmando que si el puesto que se le ofrece “es muy top…” lo consideraría.
A pesar de ello, Borrell consideró “una muy mala noticia” la incapacidad de los 28 para para establecer por primera vez el objetivo de una economía liberada de emisiones de CO2 para 2050.
Esto le sirvió para instar a los gobiernos a ser “más sinceros” en su comunicación sobre los costes de la transición ecológica, que cuantificó como muy elevados, llamando a centrarse en cómo distribuir los costes.
“(Esta falta de acuerdo) es una noticia más grave que el no acuerdo (en el reparto de cargos)”, aseveró.
Por su parte, Borrell prescribió a España que esté más presente en la toma de decisiones en Bruselas, puesto que es uno de los países europeos que más afectados se encuentran por los desafíos actuales de la UE: migración, transformación energética de la economía, cambio climático.
Presumió de que España sea actualmente una “referencia en la política europea”, no sólo en la familia socialdemócrata sino en el conjunto de las instituciones de la UE, de la siguiente manera: “España está de vuelta”.
Apostó, “a corto plazo”, por el establecimiento de la Europa a dos velocidades, ya que es “utópico pensar que los 27 van a ir en la misma dirección” en todos los asuntos acuciantes de la UE.
Animó a “politizar más” a la UE y dijo que la “mejor noticia” de las pasadas elecciones al Parlamento Europeo fue el incremento de la participación, lo que, a su juicio, evidencia que la sociedad es consciente de que las decisiones que se toman en Bruselas inciden directamente en su vida diaria.
Sobre el ‘Brexit’, manifestó que “nada se puede dar por hecho” aunque previno ante la posibilidad de que el Reino Unido pueda “quedarse a disgusto”, evitó pronunciarse sobre los candidatos a sustituir a Theresa May como primera ministra británica (Boris Johnson y Jeremy Hunt) y reflexionó sobre la pertinencia de que la salida de los británicos y la relación futura se abordaran por separado.
También elogió al equipo negociador del Gobierno, evidenciada en la Orden del Mérito Civil que ha aprobado hoy el Consejo de Ministros.
Por último, Borrell se pronunció sobre Venezuela. Lo hizo reconociendo que la UE “ha estado innovando”, para defender que la posición del Gobierno español de mantener comunicación con las autoridades y con la oposición del país es la adecuada, para apoyar la labor de Enrique Iglesias como asesor de Federica Mogherini en la crisis en el país caribeño y para desear que las conversaciones puestas en marcha entre los actores de dicha crisis en Noruega concluyan con éxito.
(SERVIMEDIA)
