Blanco defiende que “no hubo prisas” para poner en marcha el AVE a Galicia y que la línea estaba mal planificada

El exministro de Fomento José Blanco afirmó este lunes que “no hubo prisas” para poner en marcha el AVE a Galicia y que “en ningún caso, el tiempo electoral marcó la puesta en servicio” porque en junio de 2011 se anunció la fecha de la puesta en servicio para diciembre y las elecciones generales se convocaron en septiembre.

Así lo dijo el exministro en la comisión de investigación del accidente del Alvia de Santiago de Compostela del Congreso de los Diputados.

Blanco indicó que el 23 de junio de 2011 se anunció la fecha de puesta en servicio para el 10 de diciembre de ese año de la alta velocidad a Galicia y “no había perspectiva electoral alguna” porque las elecciones generales se convocaron posteriormente, el 26 de septiembre para celebrarlas en noviembre.

“El calendario electoral no alteró el calendario de la puesta en servicio”, afirmó Blanco, y aseveró que “en ningún caso propuse modificar, alterar, condicionar o cambiar las fechas establecidas en los contratos para la puesta en servicio de la línea, no hubo prisas”.

Por otra parte, el exministro dijo que la línea estaba mal planificada porque se comenzó su ejecución por Santiago de Compostela y por Madrid al mismo tiempo y se establecían distintos anchos de vía en distintos tramos, con ancho ibérico entre A Coruña y Santiago, y ancho internacional entre Santiago y Madrid.

Explicó que “si estamos construyendo una línea para todo un siglo no tiene sentido que en la entrada en Galicia, Lubián, se redujera la velocidad por ahorrar costes, por un tema de impacto medioambiental, y que la línea no fuera uniforme; por eso se hicieron las correcciones que yo hice”.

En este sentido, indicó que la electrificación del tramo Santiago-A Coruña para homogeneizar el conjunto de la línea “será la única modificación del proyecto” que se hizo bajo el mandato de Blanco. Insistió en que la planificación era “anterior a mi llegada al Ministerio que yo no alteré” y que “antes y después de mi llegada a Fomento la línea entre Ourense y Santiago fue objeto de numerosísimos modificados y complementarios, cerca de 40”. También aseguró que “el presupuesto no fue impedimento para las obras de acuerdo a los contratos firmados y a los plazos establecidos en ellos”.

Blanco especificó que la línea entre Madrid y Santiago en la que se produjo el accidente fue inaugurada por él pero la autorización corrió a cargo del director general de Ferrocarriles y que “por intereses comerciales nunca se hubiera hecho esta línea”.

RESPONSABILIDAD DEL MAQUINISTA

En lo que respecta a la seguridad, Blanco explicó que si estuviera activado el sistema Ertms, que se desconectó antes de la curva de Angrois, habría “más probabilidades de que el accidente no se hubiera producido” pero matizó que ésas “no dejan de ser opiniones”.

El exministro apuntó que lo “anormal” es que el tren pasara por la curva a más de 80 kilómetros por hora “habiéndose preparado al maquinista para eso, habiéndose formado”, habiendo un cuadro de velocidades y un sistema de seguridad, y que “si el maquinista hubiera cumplido” con todos los requerimientos, “probablemente no hubiéramos estado en esta situación”.

En esta línea, quiso referirse a unas declaraciones del maquinista para decir que “priorizó la llamada telefónica (recibida previamente al accidente) sobre empezar con el tiempo de frenado”.

Blanco señaló que no se arrepiente de nada “más que de no haber aceptado en su día la comisión de investigación” y aseguró que “no hubo pacto de silencio en ningún caso, en todo caso, lo que ha habido es un silencio que yo mismo me autoimpuse tras el accidente para no generar polémica”.

Asimismo, defendió que no mantuvo conversación alguna durante su mandato con su sustituta en la cartera, Ana Pastor, ni se valió de su condición de eurodiputado para mantener alguna reunión con responsables comunitarios de transporte para “influir o condicionar de algún modo sus visiones o trabajos en relación con el accidente”.

También cargó contra algunos miembros de la comisión porque “había una decisión tomada” y “lo que buscaba algún grupo era cargar al ministro de Fomento un veredicto ya decidido antes de la constitución de esta comisión”.