Las cabinas telefónicas en España dirán adiós tras casi un siglo de historia

El Consejo de Ministros aprobará previsiblemente el próximo viernes un decreto que acabará con la consideración de las cabinas telefónicas como servicio universal de telecomunicaciones, con lo que su continuidad quedará en manos de la voluntad de los operadores, que ya han dejado claro su desinterés por este negocio en extinción.

Telefónica fue designada por última vez en 2011 para la prestación de este servicio, con una doble prórroga, la última de las cuales expira este 31 de diciembre.

Con este decreto, el Ejecutivo dará respuesta a la petición reiterada que le ha hecho la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para que suprima las cabinas, las guías y la información sobre números de abonados como servicio universal, ya que los considera unos servicios que han caído en «desuso» y «no existen razones de mercado actualmente para seguir garantizando su prestación como parte del servicio universal», según señalaba el regulador en una reciente resolución.

En el caso del servicio de información de números, Telefónica tenía adjudicado este servicio por un período de tres años, desde el 1 de enero de 2009 hasta el 31 de diciembre de 2011. Con posterioridad a esa fecha no se ha convocado concurso alguno para designar al prestador de este servicio, por considerarse que el mismo ya está siendo garantizado por el mercado.

Los datos de Telefónica apuntan a que en España existen unos 16.600 teléfonos públicos. En 2017 se realizaron desde estos emplazamientos 616.953 llamadas mensuales de media, unas 35 por instalación al mes, y 1,15 al día. Este año, la demanda habría caído un 20%.

Distintas estudios apuntan a que Telefónica pierde entre dos y cinco millones de euros anuales por el mantenimiento de las cabinas. En lo que se refiere a las guías, a Telefónica solo le pidieron en 2017 304 ejemplares de la guía impresa.

La CNMC recordaba en su resolución que en otros países se les han dado a las cabinas fuera de servicio distintos usos comerciales. Así, en Japón se han reconvertido en peceras, y en comunidades como Andalucía han trabajado con algunas ideas como la creación de un dispositivo instalado en la cabina y que permita cargar el móvil en plena calle. La CNMC decía que está dispuesta a escuchar sugerencias para hacer algo parecido en España.

Con el decreto del Gobierno, casi se pondrá el epílogo a una historia de casi un siglo de las cabinas telefónicas en España, que arrancó con la primera instalación en el parque de El Retiro de Madrid en 1928.