Amancio Ortega: las polémicas más mediáticas que podrían verse en su serie de Amazon Prime Video

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Amancio Ortega, empresario de 84 años, se ha convertido con los años en el multimillonario español más famoso del sector textil. Fundador de Inditex, acumula millones y millones de euros, fruto de una de las empresas más importantes de este sector en España, que engloba marcas como Zara, Bershka Pull&Bear o Stradivarius.

La cantidad de dinero que tiene en el banco, que solo Broncano se atrevería a preguntar, le ha hecho que sea reconocido mundialmente y que las preguntas de cómo, cuándo y dónde aparezcan diariamente sobre sus oídos. Así, siguiendo a Sergio Ramos o Chiara Ferragni -la influencer pionera y más famosa de internet-, Amancio Ortega se ha convertido en el protagonista de la próxima producción de Amazon Prime Video.

La serie estará basada en un libro de su vida: «Así es Amancio Ortega: El hombre que creó Zara», escrito por Covadonga O’Shea, que nos acerca a los entresijos personales y profesionales nunca antes descubiertos del empresario. Un libro llevado a cabo a través de entrevistas y que han vestido a la futura serie de la plataforma. Así, Amancio Ortega se ha visto envuelto en diversas polémicas debido al dinero, sus donaciones y la mano de obra utilizada para fabricar sus prendas. Te contamos algunas de ellas y que, quizás, se traten en la serie.

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Su «pobre» infancia

«Amancio Ortega: El Hombre Que Creó Zara. Fuente: Amazon.

Amancio Ortega, de pequeño, vivía con madre y, según le cuenta a la autora de su biografía, no siempre ha tenido todo lo que quería. Su familia no tenía mucho dinero, y en numerosas ocasiones ha escuchado a su madre hablar acerca de cómo se les estaban agotando sus pertenencias.

«Una tarde al salir de la escuela fui con mi madre a una tienda a comprar comida. Yo era el pequeño de mis tres hermanos, a ella le gustaba venir a recogerme para llevarme a casa, y muchas veces le acompañaba dando un paseo mientras hacía sus recados», declaraba.

«La tienda en la que entramos aquel día era uno de aquellos ultramarinos de la época, con un mostrador alto, tan alto que yo no veía quien hablaba con mi madre, pero le escuché algo que, pese al tiempo transcurrido, jamás he olvidado: «Señora Josefa, lo siento mucho, pero ya no le puedo fiar más dinero». Aquello me dejó destrozado. Yo tenía apenas doce años», se puede leer en palabras del empresario.

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