Cómo distinguir una noticia real de las fake news

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En los últimos cuatro años es un tema cada vez más preocupante. El mundo digital ofrece infinitas posibilidades para el aprendizaje, pero también infinitas mentiras. Los gobiernos y empresas están preocupados con la proliferación y difusión de las llamadas como “fake news”, bulos trabajados concienzudamente para hacerse pasar por verdades. El problema es que funcionan, asediados como estamos por miles de estímulos sin tener apenas tiempo para procesarlos.

Las grandes plataformas tecnológicas, como Facebook, Youtube y Google, no empezaron a comprender la gravedad del asunto hasta hace bien poco. Son conscientes de que, una campaña a gran escala de mentiras interesadas, puede condicionar unas elecciones presidenciales. Algo así sucedió hace ahora cuatro años, cuando Donald Trump ganó las elecciones estadounidenses.

Desde entonces, esta ha sido una de las grandes preocupaciones del mundo de la política y del tecnológico: ¿cómo frenar la difusión de noticias falsas?, ¿cómo distinguir una información falsa de una verdadera?

No prestar atención a la fuente

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Las redes sociales son un ambiente con sus peculiaridades. En ellas se mezcla el sarcasmo, la ironía y la información real. En esa situación, puede ser difícil determinar qué es real y qué no lo es. Noticias políticas comparten espacio con memes de gatitos o vídeos musicales, y esa no es la forma ideal de hacerse una idea aproximada de lo que pasa en el mundo. 

Un grupo de investigadores de Ohio State University dicen que la personas que consumen una mezcla de entretenimiento y noticias en las redes sociales generalmente no prestan atención a la fuente. Según su estudio, el error de combinar contenidos de entretenimiento con noticias reales es muy frecuente en el uso de redes. 

Y aquellos que no separan claramente entretenimiento y noticias no suelen tomarse el tiempo suficiente para evaluar la fuente en la que se están informando. Y eso, concluyen, es un problema muy serio.

Un batiburrillo de publicaciones

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Sitios de Internet como Facebook y Twitter contienen una gran cantidad de información en un solo punto. Pese a que es algo que, en principio, sería positivo para la difusión de información, puede ir en detrimento de la calidad de la misma. 

“Nos hemos centrado en esas redes sociales porque son el punto en el que se congregan noticias, actualizaciones de familias y amigos, memes y gatitos”, explica George Pearson, uno de los autores del estudio. “Pero, en realidad, el batiburrillo de contenidos nos hace pensar que todo es lo mismo. Es mucho más difícil para una persona distinguir lo que tenemos que tomarnos en serio y lo que no es más que simple entretenimiento”.

El estudio, titulado “Sources on social media: Information context collapse and volume of content as predictors of source blindness”, fue publicado en la revista New Media & Society.

Metodología del estudio

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Pearson reclutó a 370 participantes para su estudio. Él mismo creó una falsa red social a la que llamó “Link Me”. Dentro de la misma se crearon cuatro páginas con varias publicaciones para que las leyesen los participantes. Todas esas publicaciones constaban de un titular y un párrafo corto que resumía el contenido. 

Asimismo, se incluía en la publicación cuál era la fuente de la que se extraía la información. Estas fuentes eran clasificadas como de alta o de baja credibilidad, basándose en su nombre y descripción. Todas las publicaciones procedían de otras publicaciones reales aparecidas en plataformas como Reddit o Tumblr.

Transcurrida esta primera parte, los participantes debían rellenar una encuesta en la que explicaban qué había sido lo que más les llamó la atención: ¿noticias o entretenimiento?

Todo es lo mismo en Facebook

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Los resultados revelan que los participantes no le prestan mucha atención a la fuente del contenido que están leyendo. Cuando noticias y entretenimiento comparten espacio en una misma página, la fuente y la veracidad de la información son detalles irrelevantes para el lector. 

Las distinciones entre fuentes, por lo general, no varían. De esa forma, es muy difícil separar lo que es creíble y lo que no. 

“Facebook no ofrece ninguna distinción visual entre algo publicado en The New York Times o en un blog desconocido. Todos se publican en la red social en el mismo color y con la misma fuente”, explica Pearson. Recientemente, la red social fundada por Marc Zuckerberg ha manifestado su intención de tomar cartas en el asunto para suprimir de su feed informaciones falsas.

Filtros y distinciones

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Y, piensan los investigadores de la Ohio State University, ese es el camino. Las redes sociales deberían tomar medidas para separar y distinguir ciertos contenidos. Hasta que no exista esa posibilidad, queda en manos del usuario tener sus propios filtros acerca del contenido que lee. 

“Ahora mismo, la estructura de las plataformas de información, sobre todo de las redes sociales, debería orientarse a evitar los conductas de lectura literal”, concluye el investigador. 

Al margen de las medidas y la reestructuración de las plataformas digitales, también los lectores tienen una responsabilidad. Facebook debe identificar los contenidos sospechosos, pero los usuarios deben poner en práctica su capacidad crítica. 

Los expertos e investigadores dan varias pautas orientativas. Sugieren, en primer lugar, examinar la fuente para saber si es fiable o no. Es también necesario leer la noticia completa y no quedarse solamente con el “titular bomba”. En resumen, hay que pensar un poquito antes de tragarnos las mercancías averiadas que quieran vendernos.