Tener un ordenador en casa es algo vital a día de hoy. Si bien es cierto que con un teléfono móvil o una tablet puedes acceder a todo tipo de funcionalidades, pudiendo hasta pagar el recibo de la luz de forma más cómoda, nada como un PC o portátil.
Y es que, su teclado y potencia es el elemento que marca la diferencia. Vamos, que a la hora de trabajar no se puede comprar un ordenador con ningún smartphone o tablet. ¿Puedes añadir un teclado a tu teléfono móvil? Sí, pero seguirá sin tener la potencia de cualquier PC o portátil de gama media, además de otras ventajas (miles de aplicaciones, compatibilidades…) que hacen que sea un producto que no debe faltar en ningún hogar.
Hay que saber cómo cuidar tu ordenador
El problema es que, muchos de nosotros pensamos que un ordenador es un dispositivo que no necesita de ningún tipo de cuidado. Nada más lejos de la realidad. Estos productos son mucho más delicados de lo que piensas, por lo que hay que utilizarlo de forma correcta para evitar que sufra daños.
Por ejemplo, ¿verdad que no dejarías el motor de tu coche encendido durante varios días seguidos ya que con total seguridad acabará sufriendo un problema de sobrecalentamiento que te podría salir realmente caro? Pues algo semejante pasa con el uso de un PC o portátil.
Modo reposo, ideal para descansos cortos
Y una de las funcionalidades que más se utilizan, es el modo reposo. Sí, dejar tu ordenador “durmiendo” de forma automática cuando no lo utilizas durante un periodo de tiempo es una solución ideal para que, cuando lo vuelvas a necesitar, esté todo como lo dejaste.
Una herramienta que lleva años en el sistema operativo Windows y que es realmente funcional. El problema es que si la usas en exceso puedes acabar dañando componentes y haciendo que tu PC o portátil pierda rendimiento, o incluso deje de funcionar.
¿Cómo funciona el modo suspensión en un ordenador?
Decir que es una herramienta que permite que nuestro PC o portátil entre en un modo hibernación, realizando un consumo mínimo de recursos hasta que lo volvamos a necesitar. De esta manera, al activar este modo, el hardware del equipo entra en modo dormir, o “sleep mode” en inglés.
Con ello, se apaga parcialmente el hardware para economizar al máximo los recursos. Por ejemplo, los discos duros entran en modo DEV_SLEEP. Y ojo con la fuente de alimentación, que activa el modo S3.
¿Qué significa? Pues que suspende sus operaciones menos la RAM, o lo que es lo mismo: este elemento sigue totalmente activo. Y el motivo es que es una memoria volátil, osea es capaz de guardar datos en tiempo real. El problema es que si se desactivan, no habría forma de recuperar los datos que contiene.
Si dejas un ordenador en modo suspensión o hibernación durante periodos de tiempo cortos, por ejemplo 1 hora porque te vas a comer, pues no es un problema, pero estás acostumbrado a realizar esta acción para no usar el ordenador hasta el día siguiente, que sepas que lo estás haciendo mal. Muy mal.
Un PC en modo suspensión durante mucho tiempo acabará teniendo fallos
Para empezar, hay que tener en cuenta que la RAM sigue trabajando constantemente, por lo que si se tiene encendido demasiado tiempo, su memoria no podría restablecerse de forma correcta. Esto provocaría redundancias excesivas de memoria y el resultado no es nada agradable.
¿El motivo? Pues porque, para empezar, notarías una pérdida notable en la velocidad de funcionamiento, además de poder sufrir errores de funcionamiento a la hora de volver a usar el ordenador. Y aún hay más problemas que puedes tener…
Hay que tener en cuenta que un ordenador necesita reiniciarse de forma periódica. Con ello, la memoria interna se renueva, se cierran procesos antiguos que continúan abiertos consumiendo recursos… Vamos, que las ventajas son notables
Si lo haces en un portátil, te cargarás su batería
¿Estás dejando de forma habitual tu ordenador portátil en modo suspensión? Que sepas que es lo peor que le podrías hacer a la batería de este dispositivo. Como te hemos comentado anteriormente, esta herramienta de Windows sigue haciendo que algunas piezas del hardware continúen trabajando a pleno rendimiento. Y esto se traduce en un consumo de batería.
Si tienes el portátil conectado a la corriente, este problema apenas te afectará. Pero, si no lo tienes conectado poco a poco irá consumiendo batería. A corto plazo no notarás ningún problema, pero si lo haces de forma habitual, lo más probable es que acabes sufriendo problemas de autonomía (principalmente tu ordenador portátil aguantará poco más de 5 minutos sin estar conectado).
La mejor es apostar por un disco SSD
Lo cierto es que hace unos años el modo suspensión era una herramienta vital. Principalmente porque los tiempos de carga de las primeras versiones de los sistemas operativos eran infernales.
Sí, aquellos que ya peinamos canas recordaremos con una mezcla de nostalgia y temor, esos cinco minutos de reloj que podía tardar un ordenador antiguo en ejecutar todas las tareas necesarias para ser totalmente funcional.
Pero, a día de hoy los sistemas operativos son notablemente mejores, haciendo que este problema se elimine casi por completo. Y, si encima utilizas un disco SSD, tu PC u ordenador portátil se encenderá en pocos segundos, por lo que olvídate del modo hibernación o suspensión.
Como te decíamos, a día de hoy es mucho más cómodo y seguro encender el ordenador y esperar el poco tiempo que tarda en estar disponible, a ir utilizando el modo hibernar o suspender, donde puedes acabar sufriendo daños irreparables en el sistema.
Sí, es cierto que la memoria RAM ahora está a precio de derribo, pero la pérdida de este hardware es lo de menos. El dolor de cabeza vendrá cuando veas que tus últimas tres horas de trabajo se han perdido por completo… Un último consejo: intenta reiniciar tu ordenador cada día si lo tienes muchas horas encendido. Su rendimiento mejorará de forma notable.
